El Aula Xcèntric 2011, que está a punto de comenzar, pretende rastrear las huellas de una idea muy antigua, lo carnavalesco, en la historia y en las corrientes actuales del cine, y pretende hacerlo en el territorio bullicioso de la no ficción, que abarca tanto el documental como el experimental, el videoarte y la cultura audiovisual. Dirigida por el crítico y programador Loïc Diaz Ronda y el cineasta Andrés Duque, el Aula propone -a través de proyecciones, mesas animadas por especialistas y encuentros con destacados artistas fílmicos- descubrir películas inéditas, así como reflexionar y debatir sobre los diferentes aspectos de la estética carnavalesca y su vigencia en la creación audiovisual y en el cine de no ficción contemporáneos. Las actividades se completan con un taller impartido por Ben Russell, uno de los cineastas experimentales más destacados de la actualidad.
Baile de subversión y de regeneración, catarsis del miedo y del misterio, anarquía legal y revuelta fingida, lo carnavalesco es, como deja bien claro Mijail Bakhtine en su ensayo clásico sobre el tema, mucho más que un desfile o una fiesta: es una sensibilidad estética y política que, a pesar de los repetidos esfuerzos para silenciarla, sigue animando la humanidad a bailar para ahuyentar los inviernos. Invirtiendo simbólicamente todas las jerarquías instituidas entre el poder y los dominados, lo bello y lo vulgar, lo alto y lo bajo, lo refinado y lo grosero, lo sagrado y lo profano, la subversión carnavalesca cumple la función de recordar a los vivos varias verdades demoledoras, al tiempo que celebra el tiempo de las transiciones y del renacimiento.
Desde la estética camp underground y sus herencias queer hasta el cine etnográfico y sus respuestas postcoloniales, pasando por found-footage, la cultura gore, la psicodelia y el arte performativo radical, diferentes fenómenos fílmicos reciclan los tradicionales ritos, ceremonias y celebraciones populares en las que la muerte y la vida se escenifican y se bailan en un mismo movimiento. El aura de la danza, la repetición, el ornamento, lo grotesco, la teatralidad, el tráfico, el disfraz y la máscara, el agotamiento, el exceso, la embriaguez, la dramatización irónica, la confusión de las identidades sexuales, la fusión entre lo humano y lo animal, son algunos de los rasgos constitutivos de la sensibilidad carnavalesca, que no es más que una dinámica de la metamorfosis. Todo está permitido ya que todo debe ser renovado…
Para más información sobre las inscripciones, visitad el programa completo del Aula Xcèntric 2011.