En el mes de enero de 2013 me convertí en la responsable de la web de CCCB. Una tarea ilusionante y, al mismo tiempo, terrorífica que, eso sí, asumí con mucha ilusión. No soy una nativa digital y para ejecutar con garantías esta nueva empresa, era necesario que me rodeara de personas que conocieran el entorno digital y me pudieran ayudar a la hora de tomar decisiones sobre este nuevo ámbito de mi responsabilidad profesional.
No dudé en formar el Consejo Web del CCCB –un grupo de trabajo transversal, fluido, eficaz y alegre—ni tampoco en decidir quién debía formar parte de él: Sònia Aran, Lucia Calvo, Maria Farràs y Edgar Riu.
Lo primero que hicimos los cinco fue analizar la web del centro. Es imprescindible contar con un diagnóstico antes de tomar cualquier decisión. La web, es preciso decirlo aquí y ahora, fue impulsada por nuestra compañera Teresa Roig, y se ha convertido en una herramienta operativa y muy bien valorada desde 2007 hasta la fecha, cuando nos animamos a presentar su renovación.
Ya en las primeras sesiones de trabajo nos dimos cuenta de que la web necesitaba muchas mejoras. El mundo digital es tan supersónico que seis años son una eternidad. Pero lo que tenían que ser meros cambios pronto se convirtió en una evidencia contundente: necesitábamos una nueva web.
Desmenuzando, diseccionando y deconstruyendo la arquitectura de la web, fuimos dibujando una arquitectura paralela que se adecuaba mucho más a las nuevas necesidades. Pero esta nueva estructura tenía que responder a unos objetivos. Y este fue el primer hito que nos marcamos.
¿Por qué queríamos renovar la web y qué finalidades queríamos cubrir? La respuesta la obtuvimos después de horas de trabajo y se puede resumir en los siguientes cuatro puntos:
1. Aumento de las visitas (virtuales y presenciales) del CCCB. Para conseguirlo, teníamos que mejorar la arquitectura de la web, interrelacionar mucho más sus contenidos, simplificar y clarificar la información de servicio, mejorar su posicionamiento y presentar un diseño adaptativo a todos los dispositivos móviles.
2. Potenciar los contenidos propios reconvirtiendo una web-agenda en un espacio que diera mayor visibilidad a los distintos tipos de contenidos y que revalorizara el archivo.
3. Mejora de la imagen corporativa y de la transparencia de la web CCCB simplificando los textos corporativos, unificando los canales de contacto con el público y creando una imagen unitaria, sencilla y clara, a partir del nuevo logotipo del CCCB.
4. Aumento de los ingresos del CCCB mediante el incremento y la visibilización de la venta online de entradas, el incremento de los Amigos CCCB y el incremento y la visibilización del alquiler de los espacios del CCCB.
Teníamos el qué y el por qué de la renovación de la web. Ahora teníamos que establecer la hoja de ruta. En primer lugar, precisábamos de la complicidad de la dirección, que encontramos inmediatamente en el entonces director del centro, Marçal Sintes, y la subdirectora, Elisenda Poch. Fue ella quien dio prioridad absoluta al proyecto, quien puso a nuestra disposición al equipo de Sistemas, con Gerard Bel al frente, y quien asignó el presupuesto necesario.
Las bases estaban asentadas y seguras, y ya podíamos empezar a construir el edificio. Era el momento, también, de contratar a buenos profesionales externos que nos garantizaran los resultados que buscábamos. Fue así cómo nos decantamos por el equipo de diseñadores DOMO-A, la empresa LaMagnética para que realizara una analítica SEO y garantizara el buen posicionamiento de la nueva web en los buscadores, como Google, y, finalmente, la empresa de usabilidad Estudio Torres Burriel que debía garantizar que las decisiones tomadas facilitaran la navegación de los usuarios por la web.
Detrás de su trabajo se iniciaba la adecuación del gestor de contenidos. Empezar de cero con un nuevo gestor estaba fuera de nuestro presupuesto, pero fue necesario adaptar a la nueva arquitectura el gestor que la empresa Inte creó en 2007. Y este ajuste programático lo ha llevado a cabo la empresa Sonicon de la mano de Adrià Vila y David Berruezo.
Mientras, el día a día dentro del CCCB lo ha capitaneado Iñaki Sainz, nuevo jefe de Sistemas del centro, escoltado por Edgar Riu y Lucia Calvo, los webmasters del proyecto. Más adelante, Rosa Puig ha tomado las riendas de los textos estáticos de la web y ha sustituido a Lucia, de baja por maternidad.
Dos años y medio después de asumir el reto de la web del CCCB, su renovación es una realidad. El proyecto ya es un hecho y, por tanto, ya no pertenece a quienes hemos sido sus guías y mentores. Ahora el relevo lo toma todo el equipo del centro, que es quien debe velar por ella.
Pero la web del CCCB, sobre todo, pertenece a los usuarios. Esta renovación tiene que facilitar la navegación y la búsqueda de contenidos. Tiene que destacar la información de agenda y de servicio. Tiene que ser más clara, más gráfica, más relacional, más transparente. Y tiene que ser una web responsive que se pueda consultar desde cualquier dispositivo móvil. En definitiva, tiene que ser el instrumento que permita que el CCCB siga siendo un referente de los centros culturales del siglo XXI en Barcelona, Cataluña y el mundo.
Mònica Muñoz-Castanyer es jefa de prensa y web.