Cuando Jonathan Safran Foer supo que iba a ser padre, empezó a preocuparse por la educación gastronómica de su futuro hijo. Se planteó qué le daría de comer, cómo lo cocinaría, qué ingredientes formarían parte de su dieta y cuáles había que descartar. Y empezó también a plantearse si le daría de comer animales. Para tener más elementos de juicio, este escritor ―uno de los jóvenes valores de la literatura norteamericana actual― decidió investigar acerca de la industria cárnica. Y tres años después, ya con el pequeño Sasha correteando por su piso de Park Slope en Nueva York, Safran Foer publicó su último libro: Comer animales (Seix Barral, 2011), un texto crítico cuyo objetivo no es convencer a sus lectores de las bondades del vegetarianismo, sino ofrecerles suficiente información para que cada cual saque sus conclusiones. Que seamos conscientes, por ejemplo, de que la industria cárnica es una de las principales responsables del cambio climático debido a la ingente cantidad de gases nocivos que genera.
Jonathan Safran Foer presentó Comer animales el pasado 11 de mayo en el CCCB, junto a Jesús Mosterín, filósofo y defensor de los derechos de los animales y el medio ambiente. La charla fluctuó del discurso a favor del medio ambiente y los animales de Mosterín a la defensa por parte de Safran Foer de la necesidad de ser conscientes de lo que comemos. Según el escritor neoyorquino, es más fácil tomar pequeñas decisiones acerca de los productos animales que consumimos ―por ejemplo, preguntando de dónde proviene la carne, o evitando los establecimientos de comida rápida― que convertirnos al vegetarianismo. Y, en cualquier caso, si nos hacemos vegetarianos, no debe ser solamente por una cuestión de salud, sino de moral.
Durante su visita, Jonathan Safran Foer respondió a las preguntas del CCCB. Este es un resumen de su entrevista.
