Albert Forns

Albert Forns és periodista i escriptor. Actualment treballa al Centre de Documentació i Debats del CCCB.

El secreto de Marilynne Robinson

10 de noviembre de 2015 1 Comment

La escriptora Marilynne Robinson – Imagen: CC0 1.0 Domini Públic

Marilynne Robinson ha ganado el Pulitzer de ficción, ha sido aclamada por la crítica y el público y ha llegado a ser entrevistada por Barack Obama, en el sorprendente debut como periodista literario del presidente de los Estados Unidos. Pero, ¿qué tiene la literatura de esta escritora norteamericana que despierte tantas pasiones? Para averiguarlo hemos hablado con cuatro escritores catalanes, todos ellos admiradores de Marilynne Robinson, para que nos descubran las claves del fenómeno.

Stefanie Kremser, autora de Calle de los olvidados

STEFANIE KREMSER: «POSEE UNA CAPACIDAD IMPRESIONANTE PARA CARACTERIZAR A PERSONAS Y LUGARES»

Stefanie Kremser (Düsseldorf, 1967) descubrió a la autora de Lila en 2004, durante una estancia en los Estados Unidos. «Leí una reseña de Gilead en el New York Times y corrí a comprar el libro». Desde entonces ha leído toda la ficción de la autora, y aunque le gustó Housekeeping, la primera novela de Robinson, recomienda leer los dos libros anteriores a Lila: Gilead y En casa. «Son dos novelas independientes e individuales, pero que, con Lila, forman un conjunto, y se pueden leer en cualquier orden».

De Marilynne Robinson, Stefanie destaca «su capacidad impresionante para caracterizar a personas y lugares, haciéndolos impensables los unos sin los otros. Esto implica, también, las ausencias y la búsqueda para llenar el vacío de un lugar o de una persona». Respecto a la vertiente religiosa de las novelas de Robinson, Stefanie la definiría como una escritora «teológica, porque trata las preguntas esenciales de la filosofía cristiana, como por ejemplo el perdón, y profundamente humana, con una especial sensibilidad por las diferencias generacionales y por el individuo que, aunque lleva una herencia familiar encima, es, siempre, único». Stefanie considera que la obra de Marilynne Robinson es asimismo «literatura específicamente americana», una opinión que también comparte Yannick Garcia.

Yannick Garcia, ganador del Premio Documenta por La nostra vida vertical

YANNICK GARCIA: «TIENE UN EFECTO LENITIVO, DE RECONCILIACIÓN CON LA HUMANIDAD»

El escritor y traductor Yannick Garcia (Amposta, 1979) considera que Marilynne Robinson «es una gran conocedora de la América profunda, pero en ningún momento la desprecia, sino al contrario: siente una compasión infinita por las mentes pequeñas fascinadas por el porvenir». En el caso de Yannick, los libros de Robinson le ayudaron «a romper el tabú del pensamiento religioso», y le permitieron acercarse a unos personajes «que a priori no me habrían despertado ningún interés, pero que acabé amando».

La técnica de Robinson también impresionó a Yannick: «la literatura de Robinson es de apariencia sencilla, pero está hipertrabajada. Se aprende muchísimo de ella. Y lo más importante es que no tiene nunca una mirada condescendiente sobre su gente, sino que los ensalza en la acción más pequeña de unas vidas ordinarias». Yannick descubrió a Robinson en verano de 2011, durante una expedición de alta montaña: «Leí Gilead en un contexto físico exigente, caminaba muchas horas cada día y terminaba exhausto. La lectura me resultó balsámica. Tuvo un efecto lenitivo, de reconciliación con la humanidad».

Jenn Díaz, autora de Mare i filla

JENN DÍAZ: «ES ÍNTIMA, TIERNA, DE UNA LUCIDEZ FEROZ»

Precisamente fue Yannick Garcia quien descubrió Marilynne Robinson a Jenn Díaz (Barcelona, 1988), la joven escritora que presentará a la autora de Lila el 17 de noviembre en la conferencia del CCCB. Jenn cree que la escritura de Marilynne Robinson es «íntima, tierna y de una lucidez feroz».

La autora de Mare i filla dice que quedó «atrapada» con Lila, y destaca la capacidad de la autora norteamericana para hablar de personajes tocados «sin caer en un dramatismo insoportable». «Siempre hay un rayo de esperanza», sentencia Jenn.

Vicenç Pagès Jordà, ganador del Premio Sant Jordi por Dies de frontera

VICENÇ PAGÈS JORDÀ: «LA NOVELA ES EL MEJOR RECURSO PARA ACERCARNOS A LOS SENTIMIENTOS DE LOS AÑOS TREINTA»

También hemos hablado con el escritor Vicenç Pagès Jordà (Figueres, 1963), ganador del Premio Sant Jordi por Dies de frontera, que nos explicó el motivo por el que las historias de Robinson son tan impresionantes. «Los datos estadísticos acerca de la Depresión norteamericana de los años treinta son impresionantes, pero fríos», explica el escritor de Figueras. «Las fotografías de Dorothea Lange, que muestran las caras de sufrimiento de algunas de esas personas, nos tocan más la fibra. Sin embargo, para acercarnos a los sentimientos y las vivencias de aquella gente, no hay mejor recurso que una novela». En este sentido, el premio Sant Jordi asegura que Lila «realiza un trabajo que no es sólo de concienciación, ya que a la vez nos satisface la curiosidad y nos proporciona un placer estético considerable».

Literariamente, el autor de Els jugadors de whist considera que gran parte del éxito de la escritora norteamericana se debe a su particular punto de vista: «Una parte del acierto de Marilynne Robinson es haber elegido a un narrador externo que logra meternos en la cabeza de Lila y dejarnos acceder a esa inocencia, a esa determinación, a esa bondad que se ignora a sí misma. Y aquí es inevitable recordar a aquel narrador maravillosamente no fiable llamado Huckleberry Finn».

«La imaginación en la búsqueda de la democracia». Martes 17 de noviembre a las 19:30, conferencia de Marilynne Robinson en el CCCB, en el marco de la gira europea de presentación de Lila. Entrada gratuita.

Kamila Shamsie y la escritura multicultural

18 de marzo de 2014 No Comments

Archivo Bolaño. 1977-2003 © Lidia González Alija

Hay muchos escritores de todo el mundo que han escrito sobre Barcelona. Desde George Orwell hasta Jean Genet, pasando por las primeras plumas del boom latinoamericano, Gabriel García Márquez o Mario Vargas Llosa, que durante años hicieron de la ciudad su base de operaciones europea. También Roberto Bolaño describió su Barcelona a Consejos de un discípulo de Morrison a un fanático de Joyce (que ahora se adapta al teatro) o en Los detectives salvajes, Colm Tóibín en El sur, Richard Gwyn en The Colour of a Dog Running Away… Son muchas las miradas extranjeras que han escrutado Barcelona, pero pocas para retratar la metrópoli multicultural de la actualidad. Tenemos crónicas de turistas –los apuntes de Hemingway cuando era corresponsal– o bien instantáneas del pasado, de aquel Barrio Chino fascinante o de aquella capital cosmopolita de los setenta donde el catalán era una cuestión privada, pero no hay novelas sobre la metrópoli global de ahora, crónicas de esa World City donde se hablan más de doscientos idiomas y donde hay barrios, como el Raval, en el que el 50% de la población ha nacido fuera del Estado. Crónicas de los recién llegados de ahora, de estos «nuevos otros catalanes», solo tenemos las novelas de Laila Karrouch y Najat el Hachmini, la mirada de un Matthew Tree o Carrer Robadors de Mathias Enard, pero nos falta la novela de los veintitrés mil paquistaníes barceloneses, nos faltan novelas sobre los seis mil chinos de Santa Coloma, nos falta el relato de la comunidad italiana, conocer las inquietudes y alegrías familiares de los ocho mil quinientos filipinos que viven en la ciudad.

En literatura multicultural, la gran referencia es Inglaterra, donde hace generaciones que sus narradores explican la realidad cotidiana de sus cientos de comunidades inmigradas. Por la tradición de integración del país, el corazón de la Commonwealth, o sencillamente porque su lengua, que se enseñaba en las colonias, hace siglos que adapta y acoge todo tipo de acentos y usos sin problemas.  Hoy en día, la Inglaterra literaria está llena de los distritos de Zadie Smith, de los matrimonios interraciales de Vikram Seth o de exilios recientes, como los que nos contó hace unos meses Nadeem Aslam. De hecho, en el último top 20 de los mejores escritores jóvenes ingleses, publicado por Granta en 2013, solo hay un 60% de escritores nacidos en el Reino Unido. El resto provienen de Ghana, Bangladesh, China o Pakistán, y, a pesar de escribir en inglés, no engrosan el canon británico, sino la literatura mundial.

Kamila Shamsie, foto de Robert Burdock

Nacida en Karachi pero instalada en Londres, Kamila Shamsie es una de esas voces a seguir, y sus novelas reflejan ese espíritu multicultural desde muchas facetas. Escribe historias plenamente mundiales, con capítulos en Hiroshima, pero también en la India, en Londres, Nueva York o en Pakistán, y sus personajes no son ingleses o indios, o no solo eso, son ciudadanos de todo el mundo, cada uno con una personalidad rica y en contacto con todo el mundo. En esta literatura sin fronteras establecen multitud de encuentros y choques interculturales, de chicas japonesas enamorándose de médicos alemanes, de ingleses con criados indios, y estos intercambios se explican con inteligencia y sensibilidad, retratando los apriorismos que se establecen por ambos lados, dibujando a personajes poliédricos que se equivocan y rectifican, y sobre los que prevalece la neutralidad de no juzgarlos nunca, de tratarlos como iguales. Este espíritu multicultural también aflora cuando habla de idiomas, porque las de Shamsie son novelas que hablan de comunicación y en que la autora defiende un mundo multilingüe donde cada idioma que aprendes te abre la puerta de un nuevo universo.

Por último, Shamsie controla el macro y el micro, construye el episodio y la anécdota con un tempo excepcional, pero siempre lo inserta en la gran historia, desde la bomba de Nagasaki hasta la caída de las torres gemelas o la última guerra de Afganistán. Y aquí no hay autarquías, muros de contención o vallas de alambre con cuchillas: el mundo ya es un solo ente, todo está relacionado. En Shamsie todas las ciudades son puertos, puntos de intercambio e interacción a los que amarras pero de los que volverás a levar el ancla. Historias de amor en ciudades globales, novelas de individuos y de su encaje en el mundo que no rehúyen mojarse y enfrentarse a la religión o a las desigualdades, al olvido o al perdón.

La escritora Kamila Shamsie cerrará ciclo de debates Ciudad Abierta el próximo 24 de marzo con la conferencia ‘La ciudad sin mapa‘.

Toni Casares nos habla de Josep Maria Benet i Jornet

29 de enero de 2014 No Comments

El próximo lunes 3 de febrero el director teatral Toni Casares conversará con el dramaturgo Josep Maria Benet i Jornet en la segunda sesión del ciclo de conferencias «Ciudad abierta». Su diálogo sobre «Ciudad y drama» nos permitirá conocer cómo ha influido en el dramaturgo haber crecido en el barrio del Raval, y descubriremos que la ciudad, como espacio de conflicto y de choque, es ideal para imaginar historias de toda clase. En esta entrevista Casares nos adelanta el papel del espacio público en la obra de Benet i Jornet.

¿Qué podemos esperar de la conversación que va a tener con Josep Maria Benet i Jornet en el

Josep Maria Benet i Jornet © David Ruano/TNC

CCCB?

Benet es un hombre radicalmente moderno en sus planteamientos, y es un ejemplo muy claro de que escribir teatro es un mecanismo personal para ordenarse el mundo y entenderlo. Para él ser teatrero es una forma de entender la vida. Aparte de esto, Benet es un personaje pasional, grandilocuente en sus expresiones, y siempre es divertido oírlo hablar.

Lo más interesante de la tertulia puede ser conocer su punto de vista sobre la ciudad: cómo piensa la ciudad un dramaturgo, qué encuentra en ella, qué le da la ciudad, tanto a nivel personal como en el momento de escribir. Ver como cada ciudad y cada zona de la ciudad tiene su propia teatralidad. Benet se considera un escritor muy de barrio, del Raval y Sant Antoni, y a menudo contrapone la ciudad del ruido a la ciudad del silencio: en los barrios populares todo es ruido, mientras que los barrios ricos son silenciosos y por lo tanto en ellos se da una teatralidad más intimista.

Será interesante ver cómo la vida en la ciudad le ha influido en la escritura y, por otro lado, cómo el teatro afecta a la ciudad. Esto último puede que nos permita hablar de la evolución que ha tenido el papel del teatro en las dinámicas urbanas, desde los años 70 hasta ahora. Con el teatro independiente de los 70 vivimos una explosión de la creatividad y una politización de la escena, y la función social que esto tuvo ha sido muy reconocible. Durante los 80 se dio un recogimiento, un teatro más críptico, y ahora seguramente el teatro vuelve a ser solicitado por la ciudad, no solo institucionalmente, sino de una forma vital.

¿Por qué hay tanta ciudad en las obras de Benet?

Porque la ciudad es el territorio de los conflictos y los escondites, es el espacio de choque, donde este ruido y la forma de tratar los problemas y conflictos se convierte en teatral. En la ciudad las relaciones se basan en las puntas de conflicto que vemos, pero con mucho subtexto escondido debajo, como en el teatro. Esto también pasa en los pueblos, pero en la ciudad se multiplica y diversifica el abanico temático. La calle es el espacio de encuentro entre personas, y esto la hace teatral. Para el teatro de Benet, el barrio es el espacio donde es posible el contacto entre perdedores y vencedores, entre víctimas y verdugos, de un modo horizontal y transversal, y esto le permite imaginar infinidad de historias.

Él sitúa sus obras tanto en interiores como en exteriores, tanto en la esfera privada como en el espacio público.

Tanto Una vella, coneguda olor como Olors, que de hecho es una especie de continuación de la primera al cabo de unos años, son dos obras especialmente urbanas, situadas directamente en el Raval. Y de hecho Una vella, coneguda olor no está pensada ni en el interior ni en el exterior: Benet la sitúa en los balcones del barrio, que es el exterior del interior que escondes. En el balcón puedes espiar al vecino, puedes conversar, y la obra refleja un mundo de balcones y persianas del que la protagonista quiere escapar. Estas dos obras también reflejan cómo ha evolucionado el Raval, cómo ha dejado de ser un espacio de la Cataluña menestral, de las clases populares, y cómo ha cambiado con la inmigración, española y más tarde de todo el mundo. De hecho, en Olors, cuando retoma la historia de la primera, ya introduce el tema de la inmigración de los países árabes y la diversidad que vive el barrio en la actualidad.

Una vella, coneguda olor © David Ruano/TNC


Jared Diamond: ¿Qué podemos aprender de las sociedades tradicionales?

8 de octubre de 2013 3 Comments

Frontera tribal en Nueva Guinea
© Michael Clark Rockefeller

Las conductas tribales han determinado nuestra cultura y nuestro comportamiento desde que somos Homo sapiens. Cuando aparece la agricultura en el Próximo Oriente hace once mil años, las cosas empiezan a cambiar muy lentamente, pero no es hasta los últimos siglos que se consolida el modelo de vida moderna actual, con herramientas y máquinas, escritura, dinero, estados, leyes y los beneficios e inconvenientes que se derivan de ellos. De hecho, este «mundo moderno» industrial no es hegemónico: a pesar de que buena parte del planeta adoptó durante el siglo XX el modelo surgido enla Europa Occidental, todavía ahora hay rincones remotos donde la gente se organiza en tribus y se comporta como lo ha hecho durante milenios, conservando intactas muchas características de la vida de nuestros antepasados y los estilos de vida que dejamos atrás no hace muchos años.

Para escribir El mundo hasta ayer, ¿Qué podemos aprender de las sociedades tradicionales? (Debate, 2013), el biólogo y premio Pulitzer Jared Diamond ha buscado a estas tribus y ha estudiado sus conductas y hábitos, a menudo a base de convivir in situ con ellas durante largas temporadas. Este conocimiento de primera mano le ha permitido trazar los interesantes paralelismos y las divergencias entre las sociedades tribales y el modelo occidental de los que hablará el próximo 19 de octubre en el CCCB. En su libro, Diamond analiza la resolución de conflictos (desde la violencia ocasional hasta las guerras), la forma en que criamos a nuestros hijos, el tratamiento de los ancianos, la alimentación o las enfermedades de ambos modelos sociales. De sus observaciones en estos y muchos más ámbitos extrae una conclusión inicial reveladora: son mucho más diversos los comportamientos de las treinta y nueve tribus analizadas y sus pocos miles de pobladores que las conductas y las opciones que tomamos los miles de millones de personas que vivimos en las sociedades capitalistas.

Como es obvio, la mirada comparativa de Jared Diamond detecta muchos ámbitos en los que el progreso tecnológico y social nos ha beneficiado: nuestra sociedad no asesina ni bebés ni ancianos, como hacen algunas de las sociedades tribales analizadas. Tampoco sufrimos periodos de hambruna ni debemos estar constantemente alerta ante la posibilidad de ser atacados por una tribu rival. El modelo occidental nos garantiza seguridad, confort y una existencia más larga: la esperanza de vida occidental duplica la de las tribus estudiadas.

Un padre Aka y su hijo, de la selva ecuatorial africana
© Bonnie Hewlett

Pero no todo son beneficios, en el modelo industrial. Diamond detecta multitud de aspectos en los que las conductas tradicionales son más apropiadas que el modelo occidental hegemónico, por ejemplo en la manera de tratar a nuestros niños. Diamond defiende que la educación aloparental de algunas tribus, es decir, el hecho de que la responsabilidad sobre las criaturas recaiga en todos los adultos y no solo en los progenitores, es más beneficiosa que el modelo occidental, porque crea a niños más sociables, al haber recibido un abanico mucho mayor de influencias y modelos de conducta. En esta línea, también destaca los beneficios que suponen los juegos cooperativos de la mayoría de tribus en contraposición al egoísmo y la competitividad de los juegos de las sociedades capitalistas, y critica abiertamente el aislamiento y la asociabilidad que ha provocado la irrupción de las videoconsolas en nuestros hogares. Diamond también defiende que, en lugar de utilizar cochecitos para transportar a los bebés, se usen bandoleras atadas al cuerpo como hacen las sociedades tribales, basándose en estudios que demuestran que transportarlos en vertical y mirando adelante beneficia el desarrollo neuromotor de los niños.

A pesar de los beneficios innegables del mundo que hemos construido, en El mundo hasta ayer, ¿Qué podemos aprender de las sociedades tradicionales? Jared Diamond nos emplaza a deternos, a reflexionar, a mirar hacia atrás para aprender de nuestro pasado. A interrogarnos, por ejemplo, acerca de nuestra alimentación, que nos aboca a la diabetes, la hipertensión o la obesidad, enfermedades que en las sociedades tradicionales no han existido nunca. Sí, quizá vivimos en la abundancia, quizá somos ricos materialmente, ¿pero ello nos compensa a nivel social y emocional? Del mismo modo que los ecologistas defienden el «decrecimiento», quién sabe si nuestros hábitos y conductas también necesitan una «involución» urgente.

¿Quién es Jared Diamond?

Jared Diamond. Fuente: www.jareddiamond.org

Jared Diamond es biólogo y profesor de Geografía y Ciencias del medio en UCLA (California). Su pasión por la ecología y la observación de las aves le ha llevado numerosas veces a visitar Nueva Guinea, donde convivió con diversas de las tribus que analiza en El mundo hasta ayer, el libro que inspira la conferencia que dará en el CCCB el próximo sábado 19 de octubre. En 1998, Diamond ganó el premio Pulitzer de no-ficción por el ensayo Armas, gérmenes y acero, que combate el eurocentrismo y la idea de que los europeos se desarrollaron y expandieron por el mundo por causas genéticas o por ser más inteligentes y trabajadores. Diamond demuestra que los pueblos que vivían cerca del Creciente Fértil pudieron desarrollar la agricultura y realizar la revolución neolítica porque contaban con una ventaja decisiva respecto al resto, fruto del azar histórico: hay muy pocas especies de plantas silvestres y de animales salvajes aptos para domesticar, y la casualidad quiso que la mayoría se concentraran en la antigua Mesopotamia. También ha publicado Colapso, un extenso estudio de las causas que han llevado a algunas civilizaciones (como los mayas o las tribus de la isla de Pascua) a desaparecer, con la voluntad de que la sociedad actual aprenda de los errores del pasado.

El ciclo Evolución y cultura

Los recientes descubrimientos en los campos de la genética y de la biología evolutiva confirman que existe una relación íntima entre la biología y la cultura, y que el darwinismo actual plantea que la evolución de la especie humana no solo tiene una base biológica, sino también cultural. ¿Qué es natural y qué adquirido, en nuestras conductas? Para profundizar en estas reflexiones, hemos organizado el ciclo de conferencias Evolución y cultura conjuntamente con el B-Debate Internacional Center for Scientific Debate Barcelona, que traerán al CCCB a cuatro ponentes de referencia mundial.

Además de Jared Diamond, que estará en el CCCB el sábado 19 de octubre, también visitarán Barcelona el catedrático de Genética y de Genética de las poblaciones de la Universidad de Ferrara, Guido Barbujani, que el lunes 28 de octubre explicará «Ocho cosas para recordar acerca de la diversidad humana». El lunes 4 de noviembre será el catedrático de Biología de la UPF, Jaume Bertranpetit, quien hablará de «Pasado, presente y futuro de la selección natural en humanos», y cerrará el ciclo el codirector del equipo Atapuerca, Juan-Luis Arsuaga, que el lunes 11 de noviembre nos descubrirá aspectos desconocidos del Homo sapiens.

Podéis participar en el debate a través de Twitter con el hashtag #EvolucióiCultura

“Copié Moby Dick a mano”: los secretos de la escritura de Nadeem Aslam

2 de octubre de 2013 No Comments

CCCB © Jordi Gómez, 2013

Leemos novelas para pasar-lo bien, para saber más, o por el placer de dejarnos llevar por una buena historia, pero detrás de cada libro siempre hay un autor y un proceso de escritura singular, que puede ser largo o corto, placentero o tortuoso, y con unas técnicas y dinámicas propias que el lector pocas veces llega a conocer.

Durante su conferencia en el CCCB, el escritor Nadeem Aslam compartió con nosotros algunos de los secretos de su escritura, y habló de sus estrategias para escribir y sus inicios como escritor. Son consejos que agradeceran los aspirantes a escritor, pero también los amantes de la literatura en general y los lectores de El jardín del hombre ciego (Mondadori, 2013), su última novela.

En este primer fragmento, Aslam explica la importancia que tienen las libretas en su proceso de escritura. (Podéis escucharlo en el vídeo de la conferencia, minuto: 33:55)

Desde que tenía 20 años mantengo unas libretas donde apunto todo lo que me parece interesante: un comentario que me hagan, una imagen, una cita de un libro, algo que he visto por la calle… Tengo más de 100 libretas. Cuando me siento a trabajar y escribo un capítulo, cojo una de estas 100 libretas de manera completamente aleatoria, puede ser una libreta de hace 25 años o la que usé ayer, y luego tomo la primera anotación e intento encontrar un sitio en la página donde encaje. Si puedo colocarla lo hago, y luego marco con una cruz que he usado esa anotación para no repetirla. Después sigo con la segunda anotación, y con la tercera, y voy repitiendo el proceso hasta repasar toda la libreta. Al final del día, toda la página estará llena de pequeñas notas e ideas que luego añadiré al texto. Si luego lo repaso y no me gusta, lo borro y vuelvo a ponerlo en la libreta, no porque sea una mala idea, sino porque no debe ir allí, pero sé que tarde o temprano encontrare sitio para aquella anotación. [...] En un capítulo extenso puedo repasar cinco o seis libretas, por lo tanto a nivel práctico he estado escribiendo estos libros desde mi primera libreta, porque recogen pensamientos de cuando tenía 20 años. Además de la libreta también soy un ser humano, tengo una madre, un padre, sobrinos, novias…. Estas experiencias también entran en las novelas, porque la referencia principal siempre es mi vida. Puedo cambiar cosas para que se ajusten a la necesidades de la historia, claro, pero si quiero hablar de una madre en la novela, la referencia será mi madre.

La manera como Nadeem Aslam aprendió el inglés literario también es destacable. La familia del escritor se exilió en Inglaterra cuando él tenía 14 años, y para resolver sus problemas con la lengua inglesa empezó a leer a los grandes novelistas y hasta llegó a copiar sus obras a mano. (Minuto 41:40 de la conferencia)

En Pakistán no éramos ricos, éramos de izquierda. Si eres rico en Pakistán puedes enviar los hijos a escuelas donde se les enseña inglés, pero yo fui a colegios del gobierno donde te educaban en urdu, y cuando vine a Inglaterra a los 14 años tenía un inglés muy básico, del estilo «esto es una mesa, esto es el suelo ». En la escuela inglesa las asignaturas que me iban mejor eran de ciencias, porque en ciencias mi inglés no era importante, tenías que asimilar hechos y reproducirlos, y si lo hacías en un inglés malo no importaba. Pero los temas que me interesaban, literatura, historia, política o filosofía, para todas estas asignaturas era necesario escribir ensayos y argumentar, y yo no podía ni articular un párrafo. Fui a la universidad a estudiar ciencias, pero al tercer año, cuando ya hacía siete que vivía en Inglaterra, me dije que mi inglés no era suficientemente bueno para lo que quería hacer, que era escribir. [...] Como no había podido estudiar las asignaturas que me gustaban en el instituto, en la universidad o hacer un doctorado, me dije que los próximos diez años los dedicaría a esto. Entonces cogía una persona y le preguntaba « ¿Dime, quién es un buen escritor?». Me decía «Thomas Hardy», y luego yo iba y leía todo Thomas Hardy, desde su primera novela hasta la última. Preguntaba a una segunda persona «Dime el nombre de un buen novelista » y contestaba «Nabokov»,  entonces leía todos los libros de Nabokov. Leí Faulkner, Joyce, Conrad, Lawrence… Después quise saber que es un párrafo, cuantos pensamientos permite una página, que es una coma, para qué sirve un punto, y copié todo Moby Dick a mano. Copié As I lay dying  de William Faulkner, Beloved de Toni Morrison, El otoño del patriarca de Gabriel García Marquez, Lolita de Nabokov, Black Meridian de Cormac McCarthy… Aún las tengo, era antes de la máquina de escribir, lo hacía a mano. Era muy importante para mí.

Podéis ver la conferencia completa aquí 

El escritor británico Philip Hensher, próximo participante del cicle LLOCS/LUGARES/PLACES

Philip Hensher

La visita a Barcelona de Nadeem Aslam forma parte del ciclo “Llocs/Lugares/Places. Diálogos con escritores británicos”, organizado en colaboración con el British Council en el marco de Kosmopolis, en el que también participaran Philip Hensher, que vendrá al CCCB el próximo 8 de octubre, y Edward St. Aubyn, que nos visitará el 12 de noviembre.

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