Elisabet Goula

Religión y esfera pública: elementos para un debate

7 de diciembre de 2011 No Comments

En los últimos años hemos visto como los debates en torno a la presencia de símbolos religiosos en la esfera pública se multiplicaban. Por un lado, el incremento de población inmigrante que practica otras religiones y las manifiesta públicamente ha puesto sobre la mesa la reflexión sobre los fundamentos de las sociedades supuestamente seculares, como la nuestra. Por otro lado, estos debates también han puesto en evidencia que el catolicismo, la religión tradicional mayoritaria en nuestro país, disfruta de unas prerrogativas que también son motivo de confrontación entre los que creen que estas deberían eliminarse y los que las justifican por su carácter tradicional y cultural. Sea como sea, la situación es que a principios del siglo XXI las religiones, lejos de formar parte de un pasado pre-moderno, participan de nuestro presente de una forma especialmente controvertida. Entonces, cabría preguntarse: ¿Las democracias liberales occidentales están tratando correctamente el pluralismo religioso actual? ¿Tenemos los mecanismos institucionales necesarios para hacer frente a los conflictos religiosos?

Justamente para debatir estas cuestiones e intentar aclarar algunos de sus conceptos principales, el CCCB organizó el pasado miércoles 23 de noviembre la sesión “Religión y esfera pública”, coorganizado con el Grupo de Investigación en Teoría Política de la Universidad Pompeu Fabra. El debate, moderado por el catedrático Ferran Requejo, contó con la participación de tres figuras clave que han abordado estas cuestiones desde diferentes disciplinas: Cristina Lafont, András Sajó i Cécile Laborde.

Fotos del debate “Religión y esfera pública”

CCCB © Miquel Taverna, 2011

La profesora Cristina Lafont, que desde hace años ejerce de catedrática de Filosofía de la Universidad Northwestern (Chicago), inició el debate planteando las diferencias cruciales que marcan estas cuestiones en Estados Unidos y Europa. Estas diferencias son básicamente sociológicas e históricas. Intentado sintetizarlas, se podría decir que en los Estados Unidos la gran mayoría de la población se declara creyente, de una religión u otra, y que el fragmento de población que se considera no creyente es insignificante. En este sentido, la neutralidad del estado se entiende, desde la versión norteamericana, como la garantía de que ninguna religión pese más sobre las otras y que, por lo tanto, se respete el principio de libertad religiosa para todos los ciudadanos. En cambio, en Europa el secularismo no es sólo la idea de un Estado neutral, sino también un ingrediente importante de la cultura mayoritaria. Es decir, en el contexto europeo, el secularismo se entiende como expresión de una identidad colectiva que goza de una gran relevancia social. Pero lo que complica aún más esta situación es que, a pesar de la importancia del secularismo, los Estados europeos continúan privilegiando a sus religiones históricas, que disfrutan de considerables prerrogativas en la mayoría de países (España, Italia o el Reino Unido son un buen ejemplo de esta situación). Esto, según la profesora Lafont, contradice los principios de neutralidad de los Estados seculares que de manera ideal no deberían dar preferencias a ninguna religión y, a su vez, deberían garantizar el libre ejercicio de las distintas religiones de sus ciudadanos. Esta situación específica de los Estado europeos hace que el debate sobre la presencia de símbolos religiosos en el espacio público sea confuso: cuando, por ejemplo, aparecen quejas por el uso de símbolos islámicos como el hijab en espacios públicos, ¿se debe a que esto pone en juego los principios del secularismo o a que se teme que se pierdan las prerrogativas del cristianismo?

Desde este punto de vista, András Sajó, juez del tribunal Europeo de los Derechos Humanos y catedrático de Derecho Constitucional, planteó que lo que resulta problemático de este debate es que se está trasladando a una esfera jurídica cuando, en realidad, se trata de un problema de raíz política y social. El derecho, según Sajó, no puede aportar mucho en esta controversia, a pesar de que cada vez más casos se resuelvan en los tribunales. La noción de lo público y lo privado ha cambiado substancialmente las últimas décadas y la injerencia del Estado en materias que antes se consideraban privadas es cada día mayor. Desde la teoría, para Sajó, resulta claro que no debería haber preferencias para una determinada religión desde un Estado secular. La práctica, sin embargo, demuestra que el peso de las religiones tradicionales es muy fuerte y que la mayoría de países son reticente a retirar sus privilegios. Entonces, ¿cómo hacer prevalecer la “razón pública”?

Cécile Laborde, catedrática de Teoría Política, concluyó el debate planteando dos retos para los Estado europeos: por un lado, repensar la estructura de la esfera pública y el peso que tienen en ella las religiones tradicionales para, a partir de ahí, ver cómo pueden incorporarse las demandas del secularismo. En segundo lugar, repensar cuál ha de ser el estatus de las religiones en las sociedades actuales. Porque, si bien el discurso de la modernidad quiso hacer de las religiones algo destinado a desaparecer con el progreso, la realidad es que continúan formando parte de nuestra sociedad y son un ingrediente importante de la articulación de las comunidades. En conclusión, la clave sería encontrar un equilibrio que ya propusieron los primeros pensadores del secularismo: “Proteger el Estado de la religión. Proteger la religión del Estado”. El problema es que hoy parece difícil conciliar estas dos premisas.

Debate  “Religión y esfera pública” en el CCCB. Vídeo en versión original

También se pueden consultar en el Archivo CCCB todos los materiales de este debate.

LOS ESCRITORES PANKAJ MISHRA Y BARBARA EHRENREICH REFLEXIONAN SOBRE EL MUNDO POSTERIOR AL 11-S

18 de octubre de 2011 No Comments

Después del 11-S, ¿nos planteamos las preguntas adecuadas para entender qué había sucedido?

Los acontecimientos posteriores a los atentados confirmaron que las tesis del choque de civilizaciones tenían fuertes adeptos entre la administración estadounidense y que la «cruzada» para combatir al terrorismo islamista sería la línea ideológica (y militar) que los Estados Unidos y sus aliados pensaban seguir. Desde entonces, los debates del Islam y su carácter supuestamente fundamentalista se han extendido, así como las voces que han denunciado esta lectura reduccionista y han intentado hacer valer la pluralidad de realidades del mundo musulmán. Entre estas últimas, la del escritor de origen indio Pankaj Mishra ha sido una de las más firmes y constantes. Gracias a su posición de persona a caballo de Oriente y Occidente y desde su tribuna en el periódico británico The Guardian, Pankaj Mishra ha aportado información, argumentos y mucha inteligencia para hacer frente a la delicada red de este debate que nos ha enredado en una retórica pro-Islam / anti-Islam ante la que la mayoría no teníamos ni conocimientos ni argumentos más allá del sentido común.

Pankaj Mishra

Mishra ha denunciado el esquema simplista en el que se han dejado caer muchos intelectuales en los últimos años, un fracaso tan importante como el militar o el económico, y que se concreta, como él afirma, en la incapacidad del pensamiento occidental para «entender su perpetuo “otro”» y para «captar la absoluta variedad, la cantidad de variables y la desconcertante interconexión del mundo globalizado». ¿Es, pues, el fracaso intelectual para entender el mundo post-11S la peor derrota de estos años?

Desde el otro lado del Atlántico, la periodista estadounidense Barbara Ehrenreich ha dedicado esta década a destapar, desde otra perspectiva, las falacias de la retórica post-11S investigando la realidad económica y social de la clase trabajadora norteamericana. Una realidad que ha explotado a raíz de la crisis económica, pero que ya arrastra desde hace décadas sus rasgos principales. Ehrenreich, poco antes de los atentados a las Torres Gemelas, ya se había puesto en la piel de la clase más desposeída de la primera potencia mundial, trabajando durante meses como camarera, mujer de la limpieza, vendedora del Wal-Mart y realizando toda una serie de trabajos de los peor pagados.

Barbara Ehrenreich

En su libro Por cuatro duros (RBA, 2003), fruto de esta experiencia, ponía encima de la mesa las condiciones inhumanas en que vivían millones de personas a merced de contratos precarios y salarios totalmente insuficientes. Pero el lenguaje incisivo de Ehrenreich ha tocado también a las clases más adineradas y la profunda desigualdad social del país de las oportunidades (This Land is Their Land, Metropolitan Books, 2008). En su último libro (Sonríe o muere. La trampa del pensamiento positivo, Turner, 2011), Ehrenreich abandona las cifras económicas y se adentra en el terreno de la ideología para denunciar que todo ese precario sistema social se sostiene ayudado por la fuerza del «pensamiento positivo». Y es que en los Estados Unidos (y, por extensión, tantos otros países bajo su influencia social y cultural), la máxima de «querer es poder» se ha ido transformando en una dictadura sutil en la que el individuo se convierte en responsable último de su situación (personal, laboral, de salud, etc.). El éxito final del «pensamiento positivo» es lograr que millones de personas intenten mostrarse felices, optimistas y sobre todo individualmente responsables de su situación, en un contexto de quiebra brutal del sistema social y económico.

Mishra y Ehrenreich, desde sus respectivas aproximaciones, nos muestran el mundo que queda detrás de la retórica bélica y reduccionista que ha dominado el discurso posterior al 11-S. Su obra pone en evidencia que quizá las preguntas que nos planteamos tras los atentados no fueron las adecuadas. Pankaj Mishra afirmaba en uno de sus artículos que la mayoría de musulmanes europeos están más preocupados por el desempleo, la discriminación y la desigualdad que por levantar un nuevo califato. Y seguramente esta preocupación no afecta solo a los musulmanes, como Barbara Ehrenreich hace años que nos muestra con su trabajo.

Pankaj Mishra y Barbara Ehrenreich participan en el debate «11-S: El mundo diez años después», con una conferencia que tendrá lugar el 26 de octubre y el 2 de noviembre, respectivamente.

El 11-S A DEBATE

16 de septiembre de 2011 No Comments

El CCCB conmemora el décimo aniversario de los atentados con una instalación del artista Francesc Torres y un ciclo de conferencias

Esta semana se ha conmemorado el décimo aniversario de los atentados del 11-S y el CCCB no ha querido mantenerse al margen de las reflexiones que este aniversario está generando. Pocos días atrás inauguramos la instalación del artista Francesc Torres «Memoria fragmentada. 11-S NY Artefactos en el Hangar 17», realizada a partir de las fotografías que el artista pudo sacar en el hangar del aeropuerto JFK donde quedaron almacenados los restos de las Torres Gemelas meses después de los atentados. En este espacio, cerrado al público, se recogieron más de 1500 objetos de todo tipo recuperados de la Zona Cero, convirtiéndose así, sin quererlo, en el museo improvisado y el espacio más singular de la memoria de la tragedia. La instalación de Francesc Torres trata, en las palabras del propio artista, «de la memoria histórica, de la memoria nacional, del duelo social e individual, y de las formas de tratar los traumas profundos para lograr la curación».

Fotografía de Francesc Torres de la instalación “Memoria fragmentada. 11-S NY Artefactos en el hangar 17″. © Francesc Torres- VEGAP- 2011

En paralelo a esta instalación, hemos organizado el ciclo de conferencias «11-S. El mundo diez años después» (19 de septiembre – 2 de noviembre) que, de forma más amplia, propone una reflexión acerca de las transformaciones políticas, sociales y culturales de estos diez años con la intención de analizar cuál es el legado que nos queda hoy de los atentados.

Para muchos, las imágenes impresionantes del hundimiento de las Torres Gemelas marcaron el inicio de una nueva etapa, como si hubiéramos cruzado un límite hasta entonces desconocido y, de algún modo, nada pudiera volver a ser lo mismo. Y es evidente que algunas cosas han cambiado en estos años: las guerras en Irak y en Afganistán han dejado un terrible legado de víctimas, que la mayoría de las veces no han recibido la atención que se merecían, y hoy se han convertido en conflictos de muy difícil resolución. En Occidente, otros atentados, como los de Londres y de Madrid, han incidido en lo que quizá ha sido realmente el principal cambio del mundo occidental: una sensación de fragilidad nueva y paralizante que ha convertido el discurso de la seguridad y de la amenaza terrorista en un eje dominante en toda la década. A lo largo de todos estos años, el CCCB ha seguido de cerca estos acontecimientos y ha creado una línea de reflexión propia para analizarlos y valorar sus consecuencias: desde el auge de la obsesión por la seguridad y sus peligros para las democracias y los derechos humanos («Archipiélago de excepciones», 2005, «El impacto del 11-S y el 11-M. Una perspectiva comparada», 2005, «Mentiras globales, violencias locales», 2006); la incidencia de los atentados en la vida urbana y el espacio público («Traumas urbanos», 2004, «Arquitecturas del miedo», 2007, «El espacio público en el punto de mira», 2008), hasta las dificultades por retomar un diálogo Oriente-Occidente y entender la realidad actual del Islam y el mundo musulmán («Fronteras», 2004, «El Islam europeo», 2005, «Imaginario democrático y globalización», 2011).

A lo largo de estos años hemos podido desarrollar estas reflexiones con las aportaciones de expertos locales e internacionales como Fred Halliday, Michael Walzer, Robert Fisk, Judith Butler, Arjun Appadurai, Gema Martín Muñoz, Georges Corm, Naomi Klein, Zygmunt Bauman, Stephen Graham, Tzvetan Todorov, Faisal Devji y Abdelwahab Meddeb, entre muchos otros.

Hoy, diez años después del 11-S, con Occidente inmerso en plena crisis económica y el mundo árabe convulso por las revueltas que exigen más democracia y derechos, os proponemos un nuevo debate que reflexionará sobre el legado de los atentados, sobre las transformaciones reales y las imaginadas, sobre el mundo que creíamos que se aproximaba y en el que finalmente se ha convertido. Las sesiones contarán con un debate sobre la memoria de los atentados con Francesc Torres, Clifford Chanin, asesor del Memorial del 11-S recién inaugurado en Nueva York, y la periodista experta en documentales históricos Montse Armengou. También tendrá lugar la presentación del libro Diari de guerra. Nova York, tardor 2001 (L’Avenç, 2011), en que el catedrático de Arte Fèlix Fanés relatará su experiencia en Nueva York en los meses posteriores a los atentados, acompañado de Rafael Argullol, catedrático de Teoría estética, y Mary Ann Newman, ensayista y traductora. Por último, contaremos con dos conferencias excepcionales para acercarnos a dos realidades que quedaron profundamente sacudidas tras el 11-S: Pankaj Mishra, escritor y ensayista de origen indio, nos hablará de cómo los atentados cambiaron la relación entre Oriente y Occidente, y, muy especialmente, la relación con el mundo musulmán, y la periodista Barbara Ehrenreich, reconocida por sus incisivos ensayos sobre la realidad socioeconómica y cultural de los Estados Unidos, cerrará el ciclo con una reflexión acerca del efecto de los atentados en la sociedad norteamericana.

Con este debate esperamos ofrecer una nueva perspectiva a una reflexión que se inició hace diez años, bajo la sombra de la inquietud posterior a los atentados, y que todo este tiempo hemos alimentado con la voluntad de ofrecer conocimiento, horizontes y voces que nos permitan entender mejor nuestro mundo de hoy.

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