Entradas con la etiqueta ‘Estats Units’

¿Quién vota a Donald Trump?

28 de octubre de 2016 No Comments

El periodista del New Yorker William Finnegan dio algunas claves para entender el éxito del candidato republicano.

¿Cómo es posible que uno de los hombres menos preparados, más machistas, racistas y xenófobos del planeta, sea candidato a ocupar el cargo de más responsabilidad y poder en la política global? Esta es la pregunta que muchos nos hacemos después de ver o leer la enésima noticia sobre alguna de las salidas de tono del político republicano Donald Trump. Y es la pregunta a la que intentó responder el periodista del New Yorker William Finnegan en la conferencia que impartió en el CCCB, «El periodismo y el futuro de la democracia».

Donald Trump es visto como un freak por muchos analistas, un fenómeno extraño en la historia política de Estados Unidos. En vez de poner el foco en el personaje grotesco y maleducado, William Finnegan habló del contexto mediático y político que ha facilitado que Trump se encuentre a las puertas de la Casa Blanca. Gane o pierda las elecciones, el periodista considera que hay dos fenómenos que han trastornado la política norteamericana y que son claves para comprender el auge electoral de Trump:

El poder que ejerce toda la red de medios de comunicación de derechas (radios, televisiones, webs) de la órbita de la cadena Fox, unos medios que han roto con el modelo de que las noticias deben estar basadas en hechos y verdades y que se sustentan en la opinión y el entretenimiento. En medio de este entramado se halla Donald Trump, rey y experto del reality televisivo. Finnegan explica cómo muchos norteamericanos viven en una burbuja informativa y solo escuchan, leen o ven en sus muros de Facebook «noticias» que coincidan con su forma de ver y comprender el mundo.

- La pérdida de apoyo y de bases electorales que ha sufrido el Partido Demócrata tanto al sur como al norte del país. La desindustrialización ha dejado sin trabajo a muchos trabajadores norteamericanos blancos de clase media-baja y el discurso del miedo y la rabia contra el inmigrante que promueve Trump se ajusta a su estado de ánimo. «Buscan a alguien que hable por ellos, un salvador», dice Finnegan. Y Donald Trump es su hombre.

Vídeo resumen de la conferencia

En este vídeo (9 minutos) hemos resumido las principales líneas de la conferencia que William Finnegan impartió en el CCCB.

Imagen de previsualización de YouTube

Vídeo de la conferencia completa

Tenéis también disponible el vídeo de la conferencia completa (1 h 30 min) en versión original (inglés) o con traducción simultánea al catalán. En este vídeo, además de la intervención completa del autor norteamericano, también podréis oír las preguntas del público y la presentación que el escritor Albert Forns hizo de William Finnegan. Aparte de periodista y escritor, Finnegan es surfista y ha ganado el premio Pulitzer 2016 a la mejor obra biográfica por un libro dedicado al surf.

Religión y esfera pública: elementos para un debate

7 de diciembre de 2011 No Comments

En los últimos años hemos visto como los debates en torno a la presencia de símbolos religiosos en la esfera pública se multiplicaban. Por un lado, el incremento de población inmigrante que practica otras religiones y las manifiesta públicamente ha puesto sobre la mesa la reflexión sobre los fundamentos de las sociedades supuestamente seculares, como la nuestra. Por otro lado, estos debates también han puesto en evidencia que el catolicismo, la religión tradicional mayoritaria en nuestro país, disfruta de unas prerrogativas que también son motivo de confrontación entre los que creen que estas deberían eliminarse y los que las justifican por su carácter tradicional y cultural. Sea como sea, la situación es que a principios del siglo XXI las religiones, lejos de formar parte de un pasado pre-moderno, participan de nuestro presente de una forma especialmente controvertida. Entonces, cabría preguntarse: ¿Las democracias liberales occidentales están tratando correctamente el pluralismo religioso actual? ¿Tenemos los mecanismos institucionales necesarios para hacer frente a los conflictos religiosos?

Justamente para debatir estas cuestiones e intentar aclarar algunos de sus conceptos principales, el CCCB organizó el pasado miércoles 23 de noviembre la sesión “Religión y esfera pública”, coorganizado con el Grupo de Investigación en Teoría Política de la Universidad Pompeu Fabra. El debate, moderado por el catedrático Ferran Requejo, contó con la participación de tres figuras clave que han abordado estas cuestiones desde diferentes disciplinas: Cristina Lafont, András Sajó i Cécile Laborde.

Fotos del debate “Religión y esfera pública”

CCCB © Miquel Taverna, 2011

La profesora Cristina Lafont, que desde hace años ejerce de catedrática de Filosofía de la Universidad Northwestern (Chicago), inició el debate planteando las diferencias cruciales que marcan estas cuestiones en Estados Unidos y Europa. Estas diferencias son básicamente sociológicas e históricas. Intentado sintetizarlas, se podría decir que en los Estados Unidos la gran mayoría de la población se declara creyente, de una religión u otra, y que el fragmento de población que se considera no creyente es insignificante. En este sentido, la neutralidad del estado se entiende, desde la versión norteamericana, como la garantía de que ninguna religión pese más sobre las otras y que, por lo tanto, se respete el principio de libertad religiosa para todos los ciudadanos. En cambio, en Europa el secularismo no es sólo la idea de un Estado neutral, sino también un ingrediente importante de la cultura mayoritaria. Es decir, en el contexto europeo, el secularismo se entiende como expresión de una identidad colectiva que goza de una gran relevancia social. Pero lo que complica aún más esta situación es que, a pesar de la importancia del secularismo, los Estados europeos continúan privilegiando a sus religiones históricas, que disfrutan de considerables prerrogativas en la mayoría de países (España, Italia o el Reino Unido son un buen ejemplo de esta situación). Esto, según la profesora Lafont, contradice los principios de neutralidad de los Estados seculares que de manera ideal no deberían dar preferencias a ninguna religión y, a su vez, deberían garantizar el libre ejercicio de las distintas religiones de sus ciudadanos. Esta situación específica de los Estado europeos hace que el debate sobre la presencia de símbolos religiosos en el espacio público sea confuso: cuando, por ejemplo, aparecen quejas por el uso de símbolos islámicos como el hijab en espacios públicos, ¿se debe a que esto pone en juego los principios del secularismo o a que se teme que se pierdan las prerrogativas del cristianismo?

Desde este punto de vista, András Sajó, juez del tribunal Europeo de los Derechos Humanos y catedrático de Derecho Constitucional, planteó que lo que resulta problemático de este debate es que se está trasladando a una esfera jurídica cuando, en realidad, se trata de un problema de raíz política y social. El derecho, según Sajó, no puede aportar mucho en esta controversia, a pesar de que cada vez más casos se resuelvan en los tribunales. La noción de lo público y lo privado ha cambiado substancialmente las últimas décadas y la injerencia del Estado en materias que antes se consideraban privadas es cada día mayor. Desde la teoría, para Sajó, resulta claro que no debería haber preferencias para una determinada religión desde un Estado secular. La práctica, sin embargo, demuestra que el peso de las religiones tradicionales es muy fuerte y que la mayoría de países son reticente a retirar sus privilegios. Entonces, ¿cómo hacer prevalecer la “razón pública”?

Cécile Laborde, catedrática de Teoría Política, concluyó el debate planteando dos retos para los Estado europeos: por un lado, repensar la estructura de la esfera pública y el peso que tienen en ella las religiones tradicionales para, a partir de ahí, ver cómo pueden incorporarse las demandas del secularismo. En segundo lugar, repensar cuál ha de ser el estatus de las religiones en las sociedades actuales. Porque, si bien el discurso de la modernidad quiso hacer de las religiones algo destinado a desaparecer con el progreso, la realidad es que continúan formando parte de nuestra sociedad y son un ingrediente importante de la articulación de las comunidades. En conclusión, la clave sería encontrar un equilibrio que ya propusieron los primeros pensadores del secularismo: “Proteger el Estado de la religión. Proteger la religión del Estado”. El problema es que hoy parece difícil conciliar estas dos premisas.

Debate  “Religión y esfera pública” en el CCCB. Vídeo en versión original

También se pueden consultar en el Archivo CCCB todos los materiales de este debate.

LOS ESCRITORES PANKAJ MISHRA Y BARBARA EHRENREICH REFLEXIONAN SOBRE EL MUNDO POSTERIOR AL 11-S

18 de octubre de 2011 No Comments

Después del 11-S, ¿nos planteamos las preguntas adecuadas para entender qué había sucedido?

Los acontecimientos posteriores a los atentados confirmaron que las tesis del choque de civilizaciones tenían fuertes adeptos entre la administración estadounidense y que la «cruzada» para combatir al terrorismo islamista sería la línea ideológica (y militar) que los Estados Unidos y sus aliados pensaban seguir. Desde entonces, los debates del Islam y su carácter supuestamente fundamentalista se han extendido, así como las voces que han denunciado esta lectura reduccionista y han intentado hacer valer la pluralidad de realidades del mundo musulmán. Entre estas últimas, la del escritor de origen indio Pankaj Mishra ha sido una de las más firmes y constantes. Gracias a su posición de persona a caballo de Oriente y Occidente y desde su tribuna en el periódico británico The Guardian, Pankaj Mishra ha aportado información, argumentos y mucha inteligencia para hacer frente a la delicada red de este debate que nos ha enredado en una retórica pro-Islam / anti-Islam ante la que la mayoría no teníamos ni conocimientos ni argumentos más allá del sentido común.

Pankaj Mishra

Mishra ha denunciado el esquema simplista en el que se han dejado caer muchos intelectuales en los últimos años, un fracaso tan importante como el militar o el económico, y que se concreta, como él afirma, en la incapacidad del pensamiento occidental para «entender su perpetuo “otro”» y para «captar la absoluta variedad, la cantidad de variables y la desconcertante interconexión del mundo globalizado». ¿Es, pues, el fracaso intelectual para entender el mundo post-11S la peor derrota de estos años?

Desde el otro lado del Atlántico, la periodista estadounidense Barbara Ehrenreich ha dedicado esta década a destapar, desde otra perspectiva, las falacias de la retórica post-11S investigando la realidad económica y social de la clase trabajadora norteamericana. Una realidad que ha explotado a raíz de la crisis económica, pero que ya arrastra desde hace décadas sus rasgos principales. Ehrenreich, poco antes de los atentados a las Torres Gemelas, ya se había puesto en la piel de la clase más desposeída de la primera potencia mundial, trabajando durante meses como camarera, mujer de la limpieza, vendedora del Wal-Mart y realizando toda una serie de trabajos de los peor pagados.

Barbara Ehrenreich

En su libro Por cuatro duros (RBA, 2003), fruto de esta experiencia, ponía encima de la mesa las condiciones inhumanas en que vivían millones de personas a merced de contratos precarios y salarios totalmente insuficientes. Pero el lenguaje incisivo de Ehrenreich ha tocado también a las clases más adineradas y la profunda desigualdad social del país de las oportunidades (This Land is Their Land, Metropolitan Books, 2008). En su último libro (Sonríe o muere. La trampa del pensamiento positivo, Turner, 2011), Ehrenreich abandona las cifras económicas y se adentra en el terreno de la ideología para denunciar que todo ese precario sistema social se sostiene ayudado por la fuerza del «pensamiento positivo». Y es que en los Estados Unidos (y, por extensión, tantos otros países bajo su influencia social y cultural), la máxima de «querer es poder» se ha ido transformando en una dictadura sutil en la que el individuo se convierte en responsable último de su situación (personal, laboral, de salud, etc.). El éxito final del «pensamiento positivo» es lograr que millones de personas intenten mostrarse felices, optimistas y sobre todo individualmente responsables de su situación, en un contexto de quiebra brutal del sistema social y económico.

Mishra y Ehrenreich, desde sus respectivas aproximaciones, nos muestran el mundo que queda detrás de la retórica bélica y reduccionista que ha dominado el discurso posterior al 11-S. Su obra pone en evidencia que quizá las preguntas que nos planteamos tras los atentados no fueron las adecuadas. Pankaj Mishra afirmaba en uno de sus artículos que la mayoría de musulmanes europeos están más preocupados por el desempleo, la discriminación y la desigualdad que por levantar un nuevo califato. Y seguramente esta preocupación no afecta solo a los musulmanes, como Barbara Ehrenreich hace años que nos muestra con su trabajo.

Pankaj Mishra y Barbara Ehrenreich participan en el debate «11-S: El mundo diez años después», con una conferencia que tendrá lugar el 26 de octubre y el 2 de noviembre, respectivamente.

1