Ya hace un tiempo que la palabra «compromiso» vuelve a estar sobre la mesa. Supone, esta renovación, una cierta recuperación de la sociedad civil, una dignificación de la actividad política ciudadana que coincide, no por casualidad, con la mayor pérdida de legitimidad de los partidos políticos y la política institucional desde la inauguración de la democracia. Ya no somos indiferentes, o no lo somos tanto, porque nos hemos dado cuenta de que el mundo que compartimos depende directamente de nosotros (en plural) y de nuestra capacidad de intervenir en él.
Seguramente, la crisis nos ha hecho más conscientes del hecho de que habitamos un mundo “en común”, que “nada humano nos es ajeno”, que las acciones de los otros repercuten inevitablemente sobre nuestras vidas y que, por mucho que nos hayan hecho creer que podemos llegar a ser autosuficientes, nunca hemos sido tan dependientes como ahora. Es decir, nos hemos dado cuenta de que estamos comprometidos, unidos por lazos de obligación y dependencia, tanto si lo queremos como si no, por el hecho mismo de vivir juntos. ¿Cómo se pasa, no obstante, de este compromiso inevitable de la convivencia al compromiso político? ¿Qué quiere decir hoy politizarse? ¿Qué situaciones tienen la fuerza de comprometernos?
Por ADICAE15-M (Trabajo propio) [CC-BY-SA-3.0]
Para intentar encontrar algunas respuestas, podéis acercaros al CCCB y escuchar a la filósofa
Marina Garcés el próximo lunes, 18 de febrero, en el marco del ciclo de conferencias
“En común”. Tal como explicará, politizarse quiere decir, precisamente, “desafiar al poder que nos expropia de nuestra dimensión común”, reconocer en nuestra condición común el principio y el fin de la acción política. Para comenzar a calentar motores, vaya esta reflexión suya sobre la naturaleza del compromiso:
«El compromiso, cuando nos asalta, rompe las barreras de nuestra inmunidad, nuestra libertad clientelar de entrar y salir, de estar o no estar, de tomarlo o dejarlo. Así, nos abre y nos desplaza en lo que somos o en lo que creíamos ser. Nos incorpora a un espacio que no controlamos del todo. Cuando nos vemos comprometidos, ya no somos una conciencia soberana ni una voluntad autosuficiente. Nos encontramos implicados en una situación que nos excede y que nos exige, finalmente, que tomemos una posición. Tomar una posición no es sólo tomar partido (a favor o en contra) ni emitir un juicio (me gusta no me gusta). Es tener que inventar una respuesta que no tenemos y que, sea cuál sea, no nos dejará iguales. Todo compromiso es una transformación necesaria de la que no tenemos el resultado final garantizado.» (Puedes leer aquí el texto completo, o su libro Un mundo común, recién publicado por Edicions Bellaterra.)
Por otro lado, como la conferencia prevista para esta fecha era la de la filósofa Michela Marzano, que canceló su intervención a raíz de su decisión de presentarse a las elecciones al Parlamento italiano de los próximos 24 y 25 de febrero, también emitiremos una breve entrevista que el equipo del CCCB le ha hecho sobre su compromiso político y sobre la relación entre la confianza y la vida “en común”. Pronto estará también disponible en la red.