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Un catálogo de catálogos

29 de julio de 2015 No Comments

Desde el mismo momento de su fundación, uno de los objetivos del CCCB es ofrecer a sus visitantes todo el conocimiento sobre el mundo contemporáneo en soporte textual, es decir, en forma de las diferentes publicaciones que edita el centro: las colecciones Breus, Dixit y Urbanitats, el material audiovisual o fuera de colección y, por supuesto, los catálogos.

Los catálogos del CCCB son una muestra de la diversidad de temas que, desde hace 20 años, estructuran la programación del centro. Y son, también, una manera de recordar y recuperar aquellas exposiciones que ya forman parte de nuestra historia y, de buen seguro, también de la historia cultural de nuestros visitantes.

La cultura contemporánea al alcance

Se echamos una ojeada a las publicaciones editadas con motivo de las exposiciones, veremos que buena parte de ellas se pueden agrupar en las temáticas que definen las líneas de programación del centro. Por ejemplo, en el CCCB hemos hablado de urbanismo, de ciudades y de la relación entre ellas, lo que nosotros entendemos por La ciudad mundo: Barcelona-València-Palma, en la que se reflexionaba sobre el Mediterráneo; Atopia, donde la ciudad era protagonista de varias obras de arte contemporáneo; Local, local!, un diagnóstico sobre las urbes después de la recuperación de los ayuntamientos democráticos; Post-it City, sobre las ocupaciones de los espacios públicos de las ciudades; La fundación de la ciudad. Mesopotamia, Grecia y Roma, una reflexión sobre las primeras ciudades; o Barcelona-Madrid, un repaso a las relaciones entre ambas ciudades.

También la literatura amplificada es uno de los temas que más hemos tratado en el centro y que forma parte de nuestra línea programativa. Son muchos los escritores que han presentado sus libros aquí y Kosmopolis. La fiesta de la Literatura Amplificada les dedica cada dos años todo un festival. De hecho, la edición inaugural de Kosmopolis nació a raíz de la exposición Cosmopolis. Borges y Buenos Aires. En estos años, hemos organizado exposiciones sobre James Joyce, Franz Kafka, Pere Calders, Fernando Pessoa, Federico García Lorca, Roberto Bolaño, J.G. Ballard, Claudio Magris y W.G. Sebald, la muestra que justo ahora acabamos de cerrar, y también hemos dedicado un par al cómic. Lamentablemente, muchos de estos catálogos están agotados, pero se pueden consultar de manera gratuita en el Archivo del CCCB.

En el CCCB también hemos hablado de las relaciones entre Oriente y Occidente: en la exposición  En la ciudad china reflexionamos sobre las transformaciones del imperio; en Fantasías del harén y otras sherezades mostramos la imagen de la mujer oriental a través de relatos; y en Occidente visto desde Oriente ofrecimos la mirada del Oriente islámico sobre los europeos.

La galaxia audiovisual

Definimos La galaxia audiovisual como un ecosistema en transformación, por ello las exposiciones del CCCB tienen un importante componente audiovisual. En este sentido, el cine ha estado muy presente en nuestras exposiciones. Por ejemplo, en 1995 organizamos una muestra sobre El siglo del cine coincidiendo con su centenario, y hemos dedicado un espacio a La ciudad de los cineastas, al mundo secreto de Buñuel y a las correspondencias fílmicas, y hemos celebrado la creatividad de los maestros de la animación Starewitch, Svankmajer y los hermanos Quay. La exposición Mundo TV nos permitió analizar la televisión como fenómeno cultural y en 2006 celebramos los cinco años de Xcèntric con un catálogo que reunía las 45 películas imprescindibles del cine experimental.

La fotografía ha sido otro de los temas presentes en el CCCB desde sus inicios. Recordemos, por ejemplo, la muestra sobre Brangulí. Barcelona 1909-1945, acompañada de uno de los catálogos más vendidos de nuestro fondo; la dedicada a Gisèle Freund (cuyo catálogo está agotado); Arissa. La sombra y el fotógrafo, 1922-1936; que reunía las fotografías de la exposición que recuperaba la obra de este fotógrafo de Sant Andreu; o los distintos catálogos que se han editado con motivo de las muestras sobre fotografía contemporánea africana.

Los conflictos actuales no podrían ser ajenos a un centro de cultura contemporánea. Por este motivo hemos dedicado algunas exposiciones a hablar de las Fronteras o del desastre de Chernóbil (una muestra celebrada para conmemorar el 20º aniversario de la catástrofe); hemos reflexionado sobre la guerra, sobre qué significa vivir una postguerra y sobre si es posible aventurar un futuro para las guerras (En guerra, 2004); dedicamos una muestra al arte y el poder en la Europa de los dictadores, y en 2007 nos detuvimos en el racismo y el apartheid en una exposición titulada Apartheid. El espejo sudafricano. También la transición ha sido protagonista en el CCCB, en una exposición en la que dábamos voz a personas que habían vivido este proceso desde una perspectiva no histórica; y en Desaparecidos pudimos mostrar las imágenes de Gervasio Sánchez sobre los desaparecidos en los conflictos bélicos.

Finalmente, la cultura popular también ha sido protagonista en el CCCB desde distintas vertientes: hemos hablado de la cultura basura y los Quinquis de los 80, de la propaganda de guerra y de un coche mítico, el Pegaso Z-102, y hemos recuperado la historia del Paralelo barcelonés.

Todo esto, y mucho más, se puede recuperar en el Archivo CCCB, donde se encuentran más de 10.000 referencias audiovisuales (entrevistas, debates, festivales, reportajes de exposiciones, etc.) y donde también se pueden consultar los 120 catálogos que forman parte del fondo del CCCB.

Antoni Arissa. La sombra y el fotógrafo

4 de noviembre de 2014 No Comments

Antoni Arissa Asmarats (Sant Andreu, 1900 – Barcelona, 1980) fue uno de los más destacados representantes españoles de la vanguardia fotográfica, aunque sus comienzos estuvieran influenciados por los postulados pictorialistas tan arraigados en la fotografía catalana y española de esos años. Su posicionamiento evolucionó hacia una estética cercana a la Nueva Visión europea. Este cambio vino propiciado además por su carrera de impresor, por sus conocimientos de tipografía y de desarrollo editorial,  donde el fotógrafo adaptó múltiples herramientas visuales en la búsqueda de una fotografía realmente moderna.

En sus inicios como fotógrafo, a comienzos de los años 20, obtuvo su primer premio en la revista Criterium con solo 22 años. Fue entonces cuando fundó junto a Josep Girabalt y Lluís Batlle la Agrupación Fotográfica Saint-Victor, en el barrio de Sant Andreu de Barcelona, un año antes de la aparición de la significativa Agrupació Fotogràfica de Catalunya.

En 1924 obtuvo un premio en el Ateneo Obrero de Gijón y un año más tarde, fue galardonado con  el premio de honor en Figueras. También obtuvo diversos premios internacionales y estuvo en importantes exposiciones como la II Exposition internationale d’Art Photographique de Saint Etienne, junto a autores de la vanguardia como Frantisek Drtikol o Jaromír Funke.

A comienzos de los años veinte, Barcelona nos mostraba un panorama fotográfico donde la  corriente pictorialista primaba en todas las actividades, al igual que en el resto del país y en gran parte de Europa. Los fotógrafos habían encontrado su inspiración en diferentes movimientos artísticos del siglo XIX como el Pre-Rafaelismo, el Arts & Crafts y el Simbolismo. Sus obras fueron sometidas a diversas manipulaciones a través de procedimientos pigmentarios y químicos, calificados por ellos como “nobles”.

En esta primera etapa, comprendida entre 1922 y 1928, Arissa realizó sus primeras imágenes a través de escenas rurales en entornos cercanos a Sant Andreu. Se trata de fotografías organizadas como puestas en escena para recrear situaciones pintorescas en contextos reales.

A comienzos de la década de los años treinta, Antoni Arissa clausuró el proceso de cambio en la forma de concebir su producción fotográfica.  Las escenas apacibles de la década anterior se verán  ahora comprimidas, conceptualizadas y reducidas por un tratamiento visual cercano a los elementos gráficos. La angulación, unida a la fuerte iluminación, con sus luces y sombras acrecentadas, convierten las fotografías en elementos conscientes y en herramientas transformadoras que le permitirán añadir acentos emocionales.

En su aventura visual, Arissa no necesitará grandes monumentos, ni viajes a lugares remotos, ni majestuosos escenarios, ni personajes famosos. La espectacularidad la encuentra en las pequeñas cosas. Los triviales objetos personales, y las sombras que estos proyectan, le permitirán la ejecución de grandes imágenes. Su importancia reside en su personalísima visión.

En 1935  la revista Art de la Llum dedicó un número monográfico a Antoni Arissa, que coincidió con la exposición que se celebró en la Sala de Exposiciones del Centro Popular Catalanista de Sant Andreu.

Al finalizar la Guerra Civil muchas de las tribunas de difusión de la modernidad desaparecieron y su actividad artística, como la de muchos otros creadores de su generación, se redujo notablemente y, poco a poco, fue cayendo en el olvido. No fue hasta principios de la década de 1990 cuando se inició un pequeño proceso de recuperación de su figura en diversas exposiciones.

La exposición antológica que ahora presentamos quiere realizar un recorrido por toda su carrera fotográfica, desde comienzos de los años veinte hasta la Guerra Civil española, donde dejó prácticamente de fotografiar para seguir su labor como impresor y tipógrafo en la imprenta familiar. Este proyecto supone la conclusión de un largo proceso de consolidación y restauración de sus principales negativos, así como de la búsqueda de originales de época del autor. De esta forma, la exposición recoge imágenes originales del autor procedentes de diversas instituciones, así como, tirajes actuales a partir de sus negativos recuperados, los cuales muestran como debieron ser las obras que se han perdido.

Rafael Levenfeld y Valentín Vallhonrat son los comisarios de la exposició Arissa. La sombra y el fotógrafo, 1922-1936, que se inaugura el 14 de noviembre en el CCCB.

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