Durante estos últimos meses el patrimonio fotográfico ha sido un tema de debate y de conversaciones en el ámbito cultural. Seguramente por la recuperación de algunos archivos privados, por el hecho de que su gestión es un tema pendiente en las instituciones públicas y también porque han coincidido en poco tiempo varias exposiciones de fotógrafos que han demostrado el interés que genera el legado fotográfico y la necesidad de hacerlo público. Casi simultáneamente puede verse «Brangulí. Barcelona 1909-1945», en el Centre de Cultura Contemporània de Barcelona; «Jacques Léonard. Barcelona gitana», en el Arxiu Fotogràfic de Barcelona; «Francesc Català-Roca», en la Obra Social Catalunya Caixa; «Eugène Atget y la fotografía documental», en la Fundació Mapfre, y «Joan Colom. Álbum», en la Fundació Colectania.
En este contexto de interés por la memoria visual y coincidiendo con esta exposición en el CCCB «Brangulí. Barcelona 1909-1945», podemos valorar el formato expositivo como una vía de difusión del patrimonio fotográfico que puede dar muy buenos resultados. La intención principal y común de estas exposiciones es la de explicar la fotografía a través de la fotografía. En todas ellas el contenido es importante y distinto, pero es igual o más importante la expresividad fotográfica como herramienta de creación.
Esta exposición en el Centre de Cultura Contemporània de Barcelona ha sido comisariada por los fotógrafos Valentín Vallhonrat y Rafael Levenfeld. De entrada, la estructura de la muestra ya evidencia la ambición de acercar el legado fotográfico de Brangulí al público tal y como él lo concibió: la exposición mantiene la estructura temática de su archivo y refleja la diversidad y el tratamiento en serie ideado por su autor. La serie fotográfica era la forma de trabajar de Brangulí; por ello, las fotografías relacionadas formal y temáticamente transmiten su significado, tal y como el fotógrafo las planteó, ordenó y guardó.