La fotografía que narra

7 de junio de 2017 No Comments

En la exposición «Fenómeno Fotolibro» se pueden ver los proyectos de artistas contemporáneos como Laia Abril, Julián Barón, Alejandro Cartagena, Jana Romanova, Vivianne Sassen, Thomas Sauvin, Katja Stuke y Oliver Sieber, que han apostado por la autoedición de libros para impulsar su carrera.

«Fenómeno Fotolibro» no es una exposición sobre un tema sino sobre un formato: el libro fotográfico. «El libro es un medio de comunicación, un cartucho de información, activa la lectura, aumenta la experiencia, puede ser una obra de arte», explica el diseñador Eloi Gimeno en el ensayo Libro (Eloi Gimeno, Libro, Barcelona, RM, 2014). La exposición conjunta del CCCB y Fundación Foto Colectania nos enseña la evolución del libro de fotografías y visibiliza su eclosión durante los últimos veinte años gracias a las nuevas tecnologías.

En el último apartado de la muestra, Prácticas contemporáneas, podemos descubrir siete publicaciones de artistas que han impulsado su carrera a través del fotolibro. «Hemos seleccionado autores que, además de haber creado libros interesantes, tienen en común que el fotolibro es su identidad», explica Irene de Mendoza, comisaria de este capítulo y directora de la Fundación Foto Colectania.

Siete fotolibros contemporáneos

Katja Stuke & Oliver Sieber, Japanese Lesson. A Future Book, 2016

Katja Stuke & Oliver Sieber, Japanese Lesson. A Future Book, 2016

Japanese Lesson, un fotolibro inacabado, abre el apartado dedicado a los artistas actuales de «Fenómeno Fotolibro». En las paredes se pueden ver diferentes posibles diseños de las páginas que forman el libro y conocer el proceso de creación de los fotógrafos alemanes Katja Stuke y Oliver Sieber. «Hemos viajado mucho por Japón y queremos hacer un libro sobre la gente en la calle. Nos interesa mucho el tema de las protestas en aquel país», explicaba Katja Stuke el día de la inauguración de la exposición.

Jana Romanova, Shvilishvili, 2015

Jana Romanova, Shvilishvili, 2015

La siguiente instalación presenta Shvilishvili de Jana Romanova. La fotógrafa rusa despliega, literalmente, sobre la mesa, su álbum familiar. En un lado podemos ver las fotografías que su abuela enviaba a la familia de Georgia cuando ella tuvo que emigrar a Rusia. En el otro, una cadena de retratos de sus parientes georgianos, a los que ha conocido recientemente. Entre los años 2013 y 2015, la autora produjo manualmente 67 ejemplares y este proceso se convirtió en una reflexión sobre la catástrofe del asesinato de sus abuelos a manos de un primo. «Mi familia ha vivido separada por una frontera y por este asesinato. Con el libro quería saber quién fue mi abuela», indica Romanova.

Viviane Sassen, Umbra, 2015

Viviane Sassen, Umbra, 2015

El capítulo cuenta también con Umbra, donde Viviane Sassen se centra en un tema recurrente en sus fotografías, la sombra. «Umbra profundiza en el mundo de las sombras. Una oscuridad que es al mismo tiempo seductora y engañosa. Trata también de la luz, desde las cualidades cegadoras hasta el frágil resplandor», explica la artista neerlandesa. Toda una experiencia visual entre el realismo y la abstracción.

Julian Baron, Memorial, 2016

Julian Baron, Memorial, 2016

«Este libro quiere contribuir a la construcción de la identidad peruana», afirma Julián Barón, autor de Memorial. El fotógrafo de Castellón vio la obra Sin título, técnica mixta del grupo de teatro peruano Yuyachkani y pidió que le dejaran trabajar con la documentación que formaba parte del attrezzo de la obra. Así, a base de fotocopias, ha construido un relato donde también ha involucrado al público.

Laia Abril, Lobismuller, 2016

Laia Abril, Lobismuller, 2016

Manuel Blasco Romasanta fue juzgado en 1853 por varios asesinatos en Galicia. Él decía que era un hombre lobo. Es un caso rodeado de misterio que sigue vivo en el imaginario colectivo. Reconstruir esta historia de la cual no hay fotografías ha sido todo un reto, señala Laia Abril, autora de Lobismuller. Los investigadores ahora creen que Romasanta era hermafrodita y el fotolibro narra el caso desde esta nueva perspectiva. En la exposición se puede ver el proceso de investigación que ha seguido la fotógrafa.

Alejandro Cartagena, Santa Barbara Return Jobs to US, 2015-16

Alejandro Cartagena, Santa Barbara Return Jobs to US, 2015-16. © CCCB. La fotogràfica, 2017.

Alejandro Cartagena expone Santa Barbara Return Jobs Back to US, un antirretrato de Estados Unidos con fotografías tomadas en esta ciudad de California. Es un libro bonito por fuera, con tapa de terciopelo granate y letras doradas, y con papel y tinta de poca calidad en el interior. Una metáfora de un continente con un contenido crítico. «Podemos leer Santa Barbara Return Jobs Back to US en la matrícula de un coche fabricado en Japón. También podemos ver mensajes comerciales en castellano dirigidos a los latinos, es decir, quieren su dinero pero no los quieren a ellos», critica el mexicano.

Thomas Sauvin, Xian, 2016

Thomas Sauvin, Xian, 2016

El artista Thomas Sauvin nos traslada a los mercadillos de segunda mano chinos con Xian. Su trabajo está elaborado con 59 cajas hechas con papel doblado, que las amas de casa utilizaban para guardar hilos y agujas, y que ha llenado con las fotografías que coleccionó durante los doce años que vivió en China. «Me interesa coleccionar fotografías pero también quiero compartirlas, por ello he hecho este fotolibro», explica Sauvin.

Una apuesta por la autoedición

En plena era digital «hay una clara tendencia de retorno al objeto impreso», indica Moritz Neumüller, comisario ejecutivo de la exposición. Para el fotógrafo y coleccionista de fotolibros Martin Parr, el fotolibro es el escaparate perfecto para muchos fotógrafos. «Hay una nueva generación de jóvenes artistas que han sido capaces de autopublicar su trabajo y con ello han conseguido repercusión internacional», destaca Parr.

La autoedición supone tenerse que financiar uno mismo y puede ser una práctica arriesgada. Alejandro Cartagena afirma que la edición del libro le ha abierto el camino a ser conocido y conseguir nuevos proyectos y encargos. «No se valora solo tu trabajo fotográfico, sino la capacidad de realizar un proyecto desde la idea hasta el resultado final». Existen otras fórmulas para narrar historias mediante imágenes, pero el fotolibro se ha convertido en un formato clave en la cultura contemporánea.

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