Eloy Fernández Porta

Medianenas y milhombres: una lista musical sobre la masculinidad

15 de septiembre de 2015 No Comments

El escritor y ensayista Eloy Fernández Porta impartirá un seminario sobre nuevas masculinidades en el CCCB entre el 7 y el 21 de octubre. El curso, organizado por el Institut d’Humanitats de Barcelona, partirá de una lectura crítica y una puesta al día del clásico de Pierre Bourdieu La dominación masculina. Con motivo de este seminario, el propio Eloy Fernández Porta ha elaborado una lista musical y el post que reproducimos a continuación.

Extremos. Contrastes. La hipervirilidad y lo infraviril. El abdominal de gimnasio y el error de incorporación de género. Entre esos polos se construye lo masculino. Medianenas y Milhombres es una lista de reproducción cuya unidad básica no es la canción sino el contraste que se produce al yuxtaponer dos materiales sonoros que expresan visiones antagónicas o contradictorias de lo masculino. Concebida como material complementario para el seminario La dominación masculina, está construida como una gran banda sonora de la película del Hombre… pero no se sabe bien si esa peli es épica o grotesca, y la B.S.O. parece haber sido encargada a dos músicos que se empeñan en llevarse la contra cada vez que ponen una canción.

La lista empieza, como todos los conciertos de Metallica, con la sinfonía creada por Ennio Morricone para El bueno, el feo y el malo: el sonido por excelencia del spaghetti western, una representación italiana de la hombría que imita un modelo ideal norteamericano. Pero la canción que sigue no es un himno heavy, sino el tema La condition masculine del cantante camerunés Francis Bebey, quien utiliza con ironía el imaginario eurocéntrico y colonial sobre la negritud para contar una fábula acerca un “poblado primitivo” que se ve transformado por la eclosión del feminismo de la igualdad. Desde el principio, pues, la hombría es gestualidad, similor y polaridades.

Los contrastes de Medianenas y Milhombres ilustran distintos aspectos de esta dinámica. Algunos son previsibles, como la contraposición entre la sintonía de Magnum y el “Let’s Talk About Gender, Baby” de The Knife. Pero otros son más sorprendentes. Algunas de las mayores apologías del Macho Alfa que contiene esta lista están cantadas por mujeres como The Sangri-las, The Crystals o MCLyte, insinuando así que la novia, la madre y la hermana mayor juegan papeles decisivos en la construcción de la masculinidad “marmórea”. En cambio, géneros musicales como el hardcore punk, que originariamente fueron códigos estéticos y sociales hipermasculinos, abren espacios de masculinidad disidente al producir algunas de las críticas más enfáticas a la violación (Fugazi) y al falocentrismo de la escena alternativa (Negu Gorriak), así como el primer blues de la disforia de género en las identidades trans (Against Me!). Y a veces ni siquiera hace falta esperar a la canción siguiente, porque la tensión entre distintos códigos estructura el propio texto, como sucede en el monólogo memorable en que Steve Byrne intenta averiguar qué clase de hombre es contraponiendo el hip hop con el country.

Riffs y baladas, discursos judiciales y bélicos, samples de films, poemas, stand-up comedy y muchos otros materiales se articulan, en continua interferencia, en esta playlist para que usted pueda construir su género cantando, deconstruirlo silbando, recomponerlo coreando y juntar las piezas sueltas de su identidad sexual, con la esperanza de que cuadren… o, al menos, que lo parezca.

https://open.spotify.com/user/1133039527/playlist/0furA0aSADIR0fznKi8nSS

El curso, de tres sesiones de una hora y media cada una, se enmarca en el programa “Flexo: lecturas compartidas”, una serie de seis seminarios en los que pensadores y ensayistas de distintos ámbitos proponen la lectura de textos alrededor de la idea de “Revolución”. Lejos de plantear un canon o una lectura ortodoxa, los seminarios pretenden reivindicar la importancia de la lectura atenta y compartida. Otras lecturas del programa son:

Mercè Ibarz, El eco de los pasos, de Joan Garcia Oliver

Fina Birulés, Sobre la revolución, de Hannah Arendt

Marta Segarra, La risa de la Medusa, de Hélène Cixous

David Casassas, Justicia agraria, de Thomas Paine

Antonio Fontdevila, El origen de las especies, de Charles Darwin.

Hacia la boda

27 de junio de 2011 1 Comment

“La Naturaleza me habla”, cantaba Laurie Anderson; “¡ah, si supiera qué intenta decirme!” –se lamentaba. Si el pensamiento contemporáneo suele mostrar escasa confianza en los reflejos y doctrinas que nos propone the mirror of nature, en pocas áreas se hace tan patente ese escepticismo como en las perspectivas ligadas a los movimientos LGTB. “El pudor natural”, “las prácticas contranatura”  o “el destino biológico” son algunos de los muchos términos que delatan la secular apelación didactista al medio ambiente como si éste fuese un Libro Natural donde leemos los ejemplos y enseñanzas más preclaros para apuntalar el binarismo de género y la regulación normativa de las sexualidades. La Naturaleza, “ese lugar donde los pollos se pasean crudos”, según la definición de Max Jacob, aparece así como el espacio donde una ilusoria esencia de los sexos se manifestaría en estado crudo, sin los cocidos y precocinados de la civilización.

De ahí que, al menos desde los años noventa, las corrientes más renovadoras en el marco del feminismo hayan adoptado con tanta resolución los vocabularios de la transformación tecnológica, el artificio agit-prop, el posthumanismo y el ciborg, advirtiendo a la vez que bajo la retórica de la llamada de la jungla se oculta el mandato de la biopolítica. Eso explica también, en parte, las frecuentes dificultades, en el marco de las políticas de izquierda, a la hora de articular algunas perspectivas centradas en la ecología –que manejan términos tan connotados como “conservación” y “sostenibilidad”- con aquellos discursos de género que ponen el énfasis en las potencialidades y corrientes liberadoras de la técnica, la moda y el consumo. Y es bien sabido que en el campo de la izquierda las suspicacias se pasean crudas, y que cualquier diferencia de criterio, por pequeña que sea, se convierte enseguida en pelea de gallos.

En este sentido, el proyecto que vienen desarrollando Annie Spinkle y Beth Stephens a partir de su Manifiesto Ecosexual, y que desembarca ahora en Barcelona, puede ser interpretado como un intento de conciliar, con arroces de himeneo y buen humor performativo, esas dos áreas. En la historia de las estrategias de las subjetividades alternativas este bodorrio ecoerótico se integra en una serie de propuestas que se proponen rehabilitar la noción de “naturaleza”, sustituyendo sus habituales componentes maternales y contemplativos por otros sensuales y transformadores. Se relaciona así con los espectáculos recientes de la performer mexicana La Congelada de Uva y, de otro modo, con la reapropiación del discurso pedagógico a lo National Geographic que han planteado, desde la óptica queer, autores como Ralph König (quien satirizó el lenguaje de los documentales  en su celebrada historieta “El maravilloso mundo animal”) o, desde una posición más generalista, Katie Morgan, que, usando parecidos recursos, y también, como La Congelada, bajo la advocación de Sprinkle, nos ofrece, con sus deliciosas comedias equis, la versión más guasona y amable de las prácticas post-pornográficas.

El miércoles 29 de junio a las 19.00h en el CCCB “Silver Wedding to the rocks- Ecoboda-performance-encuentro de artistas” con Annie Spinkle y Beth Stephens. +info de la boda ECOSEX

1