Por Sidewalk Bookings y Los 4 Cocos
«El coste de Smokescreen fue de 153 libras. Era fácil, era barato, ¡corre y hazlo! El medio puede haber sido tedioso, pero está cambiando rápidamente. Así que si puedes entenderlo reúne a un grupo. Ahora es tu turno». Así lo contaban en la contraportada de su segundo single los Desperate Bicycles. Era una invitación a la acción, a juntar a un grupo de personas y simplemente hacerlo. Desperate Bicycles se formaron con el único propósito de demostrar lo fácil que era: de su primer ensayo debían salir sus primeras canciones y un primer single. Era marzo de 1977, en Inglaterra. De la semilla del punk nacerían muchos grupos dispuestos a funcionar al margen de la industria no solo por razones estéticas, sino también vitales y políticas.
La autogestión es un concepto más antiguo que las siglas DIY («hazlo tú mismo», en inglés) y es la base de las mismas, la idea anarquista de la sociedad que toma conciencia y empieza a construir su futuro, transformando la estructura productiva y gestionándola colectivamente con la participación de todos los individuos que la forman. Traducido a un disco, se trata de participar como grupo tomando tus propias decisiones en todas las partes del proceso, tomar el control de tu arte y lo que le rodea, porque «el medio» también es «el mensaje».
Cuando el CCCB contactó con nosotros enseguida tuvimos claro lo que queríamos: aprovechar la invitación para hacer un concierto que difícilmente podría hacerse de cualquier otro modo e intentar enseñar algo de la música que nos une a Sidewalk Bookings y Los 4 Cocos en un contexto nuevo para los grupos y para nosotros mismos. Así que, como el BCNmp7 organiza las sesiones alrededor de temas, en nuestro caso este sería «la música incontrolable» que nos aglutina.
Lo primero que hicimos fue buscar algunos nexos de unión: un artista que pudiésemos programar cualquiera de los dos y organizar la sesión a su alrededor. También teníamos claro que debía pasar algo especial y, sobre todo, debía verse reflejada nuestra forma de hacer las cosas, aunque fuese en un contexto en principio tan ajeno como el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona. Todas las opciones en mente eran, musicalmente, bastante agresivas, y todas acababan haciendo pareja con Una Bèstia Incontrolable.
Una Bèstia Incontrolable tocan a menudo en Barcelona, pero para verlos tendrás que apañártelas, son un grupo autónomo al margen del circuito de salas o festivales, con raíces en una escena muy concreta pero con un sonido fuera de yugos estilísticos. Nacen del punk para expandirse y arder más allá del punk o del hardcore. Ellos mismos nos sugirieron a Pharmakon y a Coàgul para compartir sesión y colaborar con ellos. Dos proyectos con los que comparten raíces, pero no necesariamente un estilo. Son raíces que se extienden por el mundo porque el circuito punk no es una habitación cerrada. La gestión colectiva, la ayuda mutua, tiene tentáculos que llegan mucho más allá de los grises edificios de una u otra ciudad. Hablamos de punk, pero hablamos también de hacer las cosas de otra manera. Nosotros mismos (Los 4 Cocos y Sidewalk Bookings) intentamos funcionar de forma autónoma, no como estilo (el indie), sino como actitud frente a la vida, como forma de hacer las cosas. Como bien decían Desperate Bicycles, solo hace falta hacerlo. No tiene ningún mérito.
De eso trata Una música incontrolable, de música nacida en libertad, unida por una actitud frente a la vida y una sensibilidad que no implica un estilo concreto. El 6 de marzo escucharéis un directo apabullante, música agresiva que pretende zarandearos sin deciros lo que tenéis que hacer. Esperamos que os sirva de puerta de entrada a una Barcelona distinta y mejor que la que se nos enseñan cada día. Para nosotros lo está siendo.
Coàgul
Como si de una película de Lucio Fulci se tratara, Marc O’Callaghan, alias Coàgul, afirma, sobre las dos canciones que forman parte de uno de sus casetes, Janitor, que «su música pretende abrir las puertas del cielo y el infierno». Y aunque, al igual que pasa con el director de cine de terror italiano, uno piensa que lo suyo tiene más que ver con el infierno que con el cielo, razón no le falta. Siguiendo con los símiles cinematográficos, las canciones del catalán podrían ser la banda sonora de los trabajos más locos de Shinya Tsukamoto; al igual que las películas del padre del cyberpunk cinematográfico, Coàgul es ruidismo, sonidos industriales y electrónicos de demolición, y reflexiones desde el más allá de una visceralidad que te explota en la cara. En definitiva, O’Callaghan pone banda sonora al día a día que vivimos en una deshumanizada sociedad industrial y tecnológica. Y consigue, ojo, ser un grito de alerta, furioso y personal, para que todos despertemos del letargo.
Una Bèstia Incontrolable
Una Bèstia Incontrolable es una de esas propuestas que traspasa fronteras, tanto mentales como físicas. Han ido de gira ya a los Estados Unidos, donde los reciben como héroes del punk más primitivo y chillón. Pero, bien pensado, eso es lo de menos. Los catalanes son igual de buenos crucen o no el charco. Por aquí estamos hartos de verles (en el buen sentido) por casas ocupadas, centros y salas que han tenido a bien soportar sus tormentas sónicas. Unas tormentas que cristalizaron hace pocos meses con la publicación de su primer disco oficial, Observant com el món es destrueix, un álbum lleno de furia, rabia y ruido, como sus conciertos, en que entregan nueve canciones que son patadas en el estómago. Pero, ojo, no patadas de esas que te dejan con medio cuerpo doblado, sino de aquellas que llaman a la acción, a hacer algo en este mundo que todo indica que se va a la mierda. El discurso intelectual y musical de Una Bèstia Incontrolable no es nada críptico, y tras la sobredosis de decibelios de su primera escucha y el susto que puede producir en los no familiarizados con su sonido, debería abrir las mentes de todos aquellos oyentes que piensen que el punk y hardcore más atávicos, DIY, furiosos y librepensadores, no son plato de su gusto.
Pharmakon
La encargada de cerrar esta sesión será Pharmakon, el proyecto noise-neurótico de Margaret Chardiet, neoyorkina de tan solo 23 años y ya con unos cuantos años de experiencia encima del escenario. Aparte, está activa como Pharmakon desde 2007 cuando autoeditó su primer CD-R. Hija de punks y una de las figuras que ayudaron a edificar el espacio multitarea y meca de la experimentación contemporánea, Red Light District (en Far Rockaway), Margaret Chardiet creció asistiendo a conciertos punk en míticas salas DIY como ABC No Rio o C Squat, aparte de asistir a house shows cada semana. Relacionada ampliamente con la escena avantgarde y centralizada en la experimentación noise/improv, Margaret entró en este mundo por el lado más extremo, tanto a nivel musical como de contenido. Pharmakon tiene una presencia sobrenatural en el escenario y ella misma describe sus actuaciones como un exorcismo en el que saca sus demonios para enfrentar al público a sensaciones incómodas, por lo que podemos esperar un directo desgarrador e imponente con invocaciones y gritos diabólicos.
La primera sesión del BCNmp7 Una música incontrolable tendrá lugar el jueves 6 de marzo de 21 a 24 h en el Teatro del CCCB.
Más información en la web del CCCB
El lunes, a las 12 h, regalaremos 5×2 entradas a través de nuestra cuenta de Twitter @CCCBmusica
[...] eso se habló precisamente en el debate que abrió la primera sesión del BCNmp7, organizada por Sidewalk Bookings y los 4 Cocos, el pasado 6 de marzo en el CCCB. Titulada [...]