¿Cuándo dejaremos de ser humanos?

5 de febrero de 2016 No Comments

«Ser inmortal es baladí; menos el hombre, todas las criaturas lo son, pues ignoran la muerte.»

Jorge Luis Borges

La ficción, ya sea religiosa, literaria o cinematográfica, está plagada de seres inmortales. Muchos de ellos fueron humanos algún día. Por diversas razones traspasaron la barrera para convertirse en no muertos, espíritus, superhombres, dioses… La mayoría no son muy felices. Aun así, los humanos, tal vez por ser animales conscientes de que vamos a morir, aspiramos a alargar la vida todo lo posible, a veces hasta a pesar de nuestra propia voluntad; a estar jóvenes el mayor tiempo posible, a intentar revertir los efectos del envejecimiento con todas las armas que tenemos a nuestro alcance. La ciencia es una de las más poderosas.

Imaginemos cinco bebés recién nacidos. Cada uno está en su propia incubadora. Todos casi idénticos, igual de humanos unos que otros. Pero cada uno ha sido modificado «quirúrgicamente» para tener una ventaja sobre el resto. Puede ser la facilidad de adaptarse y sobrevivir a un medio cambiante, un genoma especialmente diseñado para potenciar la longevidad, ser el más rápido corriendo los 100 metros lisos, un sistema inmune reforzado capaz de vencer enfermedades que no tienen cura… ¿Hasta dónde estaríamos dispuestos a llegar en esa manipulación de nuestra propia naturaleza humana?

Transfigurations, Agatha Haines. Exposición “+HUMANOS. El futuro de nuestra especie”.

Ese es el dilema que nos presenta Agatha Haines con su obraTransfiguraciones dentro de la exposición «+HUMANOS. El futuro de nuestra especie», que ofrece hasta el 10 de abril el CCCB. La obra nos plantea dilemas mucho más reales de lo que puedan parecer a simple vista. El año pasado, un equipo de científicos chinos fueron los primeros del mundo en anunciar que habían modificado embriones humanos no viables para intentar corregir una enfermedad genética. Usaron una técnica muy novedosa que se conoce como crispr. Sin entrar en detalles, esta herramienta es como un editor de textos que permite copiar y pegar en el genoma humano o el de cualquier otra especie con una facilidad sin precedentes. Aunque aún hay que demostrar que es segura, esta tecnología abre el mismo dilema ético que nos presenta Haines: ¿estamos dispuestos a modificar nuestra propia naturaleza a pesar de los riesgos? La respuesta parece evidente si se trata de corregir enfermedades incurables. Lo difícil es que una herramienta tan poderosa se quede solo ahí y no sea usada para otros fines menos loables, desde la aparición de nuevos superhumanos a la recreación de neandertales, como ya ha sugerido algún científico de Estados Unidos.

En un mundo azotado por crisis migratorias debidas al hambre, las guerras e incluso el clima, en el que una minoría exigua acumula los mismos recursos que millones de pobres y donde parece que las leyes se hagan solo para no molestar a los poderosos, lo más preocupante es que estas técnicas introduzcan otro factor de desigualdad terrible.

+ HUMANS. Entrevista. Cathrine Kramer presenta “Transfiguracions” d’Agatha Haines from CCCB on Vimeo.

Los dilemas de la edición genómica se han discutido ya en recientes cumbres internacionales de expertos de los países más adelantados en este campo: Estados Unidos, China y otros. Uno de los mayores riesgos es que esa edición genética no sea del todo limpia y deje defectos congénitos que se transmitirán durante generaciones y podrían causar hasta una reacción en cadena en nuestra especie imposible de controlar.

¿Qué les diríamos a los bebés de Haines si crecieran y preguntaran de dónde vienen los niños? La explicación del espermatozoide fecundando el óvulo puede acabar siendo tan pacata como la de la cigüeña. «Tú naciste gracias al sistema inmune de una bacteria que cortó una parte defectuosa de tu genoma y te introdujo genes sanos que no eran tuyos. Después usamos un óvulo donado por una mujer a la que probablemente nunca conocerás y te engendraste en el vientre de otra mujer contratada a tal efecto.» Aún improbable, pero inquietante. Otra opción: «Tú tienes tres progenitores y gracias a ellos no sufres una enfermedad congénita.» Una posibilidad real y que veremos muy pronto en países como Reino Unido.

Explicar cómo nacemos se está volviendo mucho más complejo y eso es exactamente lo que explora la obra Futuros: reproductivos, de Zoe Papadopoulou y Anna Smajdor. Es posible que nuestros hijos y nietos necesiten un máster en biología molecular para entender en detalle cómo nacieron. Pero la claridad es inversamente proporcional a la precisión y, al fin y al cabo, nadie conoce los mil y un detalles del proceso de fecundación y desarrollo de un embrión, ni siquiera los mejores científicos del mundo pueden explicarlo al completo. Lo que sí debemos pensar ya es cómo aseguraremos que todas estas magníficas biotecnologías no se usen para mal.

+ HUMANS. Entrevista. Cathrine Kramer presenta “Futurs reproductius” de Zoe Papadopoulou i Dra. Anna Smajdor from CCCB on Vimeo.

Si describir de dónde venimos puede complicarse, más difícil aún es adivinar adónde vamos. La esperanza de vida se está alargando en los países desarrollados y también en muchos que hasta hace poco eran considerados del tercer mundo. España es uno de los líderes mundiales en longevidad y aquí hay registrados un buen número de los llamados supercentenarios. Se trata de personas que superan el siglo de vida en buena salud, y su número se va a multiplicar por 10 antes de 2050. La pirámide de población del mundo es apabullante en este sentido. Mientras que la población de 0 a 64 años se espera que crezca un 22% hasta 2050, la de 100 o más lo hará un 1.000%. Mientras esto sucede, los centros de investigación más prestigiosos del mundo están comenzando a concebir el envejecimiento como un proceso reversible. Investigaciones recientes han mostrado intervenciones sorprendentes en mamíferos, en las que la sangre joven rejuvenece el cerebro y revierte el deterioro cognitivo asociado a la vejez. En el laboratorio, intervenciones como la restricción calórica alargan de forma sorprendente la esperanza de vida de muchos animales.

Cuando todos lleguemos a los 150, de Jaemin Paik, explora a través de sugerentes imágenes cómo será la vida en un mundo con cada vez más personas mayores. ¿Serán los cincuentones los nuevos treintañeros que huyen del compromiso de casarse o tener hijos porque aún les queda mucho por vivir? ¿Cuántas parejas estables e hijos pueden tenerse durante una vida de 100 años o más? ¿Hasta cuándo podrán las personas ser jóvenes en términos de actividad física y sexual? ¿Cambiarán los cánones de belleza y las aspiraciones de las personas? ¿Está nuestro cerebro preparado para asumir todos estos cambios? Y, más importante, ¿todo esto nos hará más felices?

+ HUMANS. Entrevista. Cathrine Kramer presenta “Quan tots arribem als 150″ de Jaemin Paik from CCCB on Vimeo.

Deja un comentario