En él, Lipovetsky y Serroy se ocupan de estudiar la evolución y el estado presente del séptimo arte y su influencia sobre este “mundo-pantalla” en el que nos encontramos ahora, donde las pantallas copan nuestro día a día.
El libro se divide en tres partes: la primera es de carácter mayoritariamente teórico y describe la evolución del cine en nuestra época. Muy intereasantes son los capítulos dedicados a identificar y explicar las principales tendencias mediante las cuales las imágenes cinematográficas asumen la hipermodernidad y la reflejan. En este sentido, la segunda parte del libro profundiza en los formatos y temáticas utilizadas en el cine particularmente representativas del estilo hipermoderno, como la llegada de los documentales a las salas de cine o el paso del cine histórico al cine de memoria. Finalmente, en la tercera parte, los autores estudian con detenimiento las múltiples pantallas existentes más allá del cine (televisión, publicidad, redes de pantallas, etc.), las particularidades de éstas y la influencia de ellas en el día a día de todos nosotros.
En definitiva, a través de su lectura, el libro nos muestra cómo el cine y resto de pantallas que nos encontramos diariamente nos han construido una percepción del mundo propia.
Desde aquí, además de recomendar la lectura de este excelente ensayo, queremos lanzaros la siguiente pregunta: ¿Creeís que el cine y las distintas pantallas con las que convivís diariamente influencian vuestra percepción del mundo? ¿En qué sentido?
Hola,
Estuve en la jornada de ICI y resultó muy interesante.
Creo que a los de mi generación -los de los ochentas…- nos han influido en gran medida las teleseries norteamericanas, al estilo Beverly Hills y Melrouse Place, dónde se presentaba una juventud y edad adulta extremadamente cool y maravillosa. Creo que muchos hemos intentado crecer bajo este prisma y es por ello que luego nos han venido tantos tortazos. El mundo no es cómo nos lo presentaban estas pantallas.
Eso por no decir las películas de Disney. Conozco a muchas chicas de mi edad que todavía están esperando el príncipe azul.
Creo que la exposición que se está gestando debería tener en cuenta los imputs que la televisión dio a nuestra generación.
Gracias,
sònia
Sònia