Mientras en el Parlamento Europeo se sigue discutiendo el ACTA (Anti-Counterfeiting Trade Agreement), un tractado mercantil para proteger el copyright, el Partido Pirata, la tercera fuerza política en Suecia, ganó en las pasadas elecciones un escaño más en la Eurocámara, que una vez finalizado el proceso de ratificación (a muy tardar a finales de agosto) será ocupado por Amelia Andersdotter, una joven sueca de 22 años.
El Partido Pirata aboga por la eliminación de las patentes y entre las medidas concretas de su programa se encuentra la modificación de la actual ley del copyright europeo. Proponen que una vez muerto el autor la obra pase a ser de dominio público al cabo de cinco años (y no 70 como sucede actualmente). No están a favor de las sanciones por las transacciones de ficheros y apoyan una infraestructura de la información abierta para compartir la cultura. Otra de sus principales preocupaciones es la protección de los datos personales de los ciudadanos.
Aquí en España la ley de la economía sostenible sobre la propiedad intelectual, aprobada a principios de año, también ha encontrado claros opositores: el Partido Pirata español, la Asociación de Internautas , Red Sostenible y grupos de activistas que reclaman los derechos de los ciudadanos en la red.
¿Somos suficientemente conscientes de dónde guardamos nuestros datos y quién los gestiona? ¿Crees que se cambiará la ley de derechos de autor? ¿Pueden las reivindicaciones de los ciudadanos en la red forzar cambios políticos?
Hola,
Pues a mí sí me parece que a través de las redes se pueden conseguir grandes cambios políticos. Las redes tienen un gran poder de convocatoria y de hecho los políticos que apuestan por las nuevas formas de comunicación a través de las redes están teniendo resultados. Sin ir más lejos, el mismo Obama. No sé si el partido pirata conseguirá cambiar la legislación, pero desde luego no me parece nada casual que Amelia Andersdotter sea una joven de 23 años. La comunicación digital es una revolución, supone un cambio de mentalidad en muchos aspectos, y las nuevas generaciones tienen mucho que decir al respecto. El problema es que el régimen anterior todavía tiene mucho peso, y la transición tal vez no sea tan rápida como a algunos nos gustaría. En mi opinión, es sólo cuestión de tiempo.
Marina