Las instituciones deben asumir entonces el rol de definir, estructurar y exponer los resultados de estos procesos co-creativos.
Estos resultados pueden resultar mediocres o no ser valorados con el mismo rasero que los producidos por la propia institución, y por lo tanto, seguir siendo marginados en las galerías de la “comunidad” en lugar de ser destacados en los espacios expositivos de los museos o centros culturales.
Si esta estrategia 2.0 no mejora la capacidad de la institución para mostrar proyectos de alta calidad o estos proyectos, independientemente de su valor, no son entendidos como equiparables con los creados por la institución ¿por qué seguir?
Nina Simon, autora del blog Museum 2.0 analiza en profundidad la participación en los museos. En las páginas de su libro Participatory Museum reflexiona sobre el estado actual y el futuro de la co-creación en las entidades museísticas.