¿Responden las propuestas de los centros culturales a las necesidades de los centros educativos? ¿De qué manera debería repensarse la relación entre las escuelas y los centros culturales para que sea más beneficiosa para ambos? ¿Cómo cambian las nuevas tecnologías el concepto de educación? ¿Se puede llegar a pensar en un futuro donde los centros educativos se conviertan en centros de producción cultural? Estas y otras cuestiones son las que intentaremos responder en el debate de la sesión I+C+i del próximo 12 de mayo.

La puesta en marcha por parte del CCCB de los proyectos en línea www.cccbeducacio.org y www.cccb.org/navegador, que contienen una fuerte apuesta por la participación, ponen sobre la mesa una experiencia que repiensa el papel de los receptores-consumidores culturales reconociendo su capacidad y actividad como emisores-productores de conocimiento. En la presentación de casos que tendrá lugar por la mañana, se van a debatir prácticas que se han llevado a cabo en Barcelona en los últimos años desde instancias educativo-culturales que responden a diversas etiquetas: museo participativo, biblioteca virtual, universidad abierta, educación social y televisión educativa.

Y es que tal como explicábamos en la hoja de mano de la sesión de febrero de 2010, Educación Expandida es un concepto que engloba las nuevas formas de educación que incorporan y se adaptan a los procesos sociales y comunicacionales que ha provocado Internet. La mayoría de éstos no se incluyen en los sistemas educativos convencionales, de manera que la nueva educación ya no sólo tiene lugar en los espacios formales. Son innumerables proyectos artísticos, científicos, comunicacionales y educativos con características culturales, sociales, digitales y audiovisuales, los que confluyen en la educación en el siglo XXI. La educación puede tener lugar en cualquier momento, en cualquier lugar, dentro y fuera de la institución académica. La nueva coyuntura digital supone una nueva oportunidad para recuperar la idea de reciprocidad en las formas de distribución del conocimiento. Este concepto encuentra raíces en la tradición pedagógica progresista del siglo pasado: la escuela racionalista de Ferrer i Guàrdia, la pedagogía de la liberación de Paulo Freire, la pedagogía de la comunicación de Mario Kaplún, el concepto de desescolarización de Iván Illich o los principios educativos de Edgar Morin entre otros.