Entradas con la etiqueta ‘procomú’

La agrariedad, según Perejaume

1 de marzo de 2013 No Comments

¿Com fer-nos món? ¿Com fer-nos més món? / ¿Com inserir-nos, com infantar-nos de bell nou / en el món per fer majestat de cada imatge, / per ser únicament món, prodigiosament món, / indiscriminadament món? / ¿I on és, religions al marge, la força que fa adorar?

(Perejaume, Pagèsiques, p. 63)

¿Qué distancia separa nuestros gestos de las cosas que nos rodean? ¿Participamos activamente en su creación o sólo las consumimos? ¿Y qué conexiones tenemos con el mundo que habitamos? Por muchos de nosotros, ha quedado casi olvidado el tiempo en el que el golpe, el roce, el trazo, la incisión eran las formas esenciales de relación con el entorno, una materialidad que había que dominar a menudo, con esfuerzo e insistencia, con el propio cuerpo. Así, por ejemplo, los pies y las manos han dejado de servir, definitivamente, para medir las distancias. Y, como recordaba Perejaume en el programa de TV3 Amb filosofia, la mayoría de nosotros vivimos en ciudades de las que no sabríamos (no podríamos) salir andando.

Drecera al bosc, 1905. MNAC

En nuestro papel de espectadores, consumidores, viajeros de superficie, tenemos a menudo una relación epidérmica con el mundo. Eso no significa, sin embargo, que sea una relación innocua o que no tenga consecuencias: aunque el vínculo entre nuestras acciones y sus resultados se desdibuja, nuestra responsabilidad se mantiene intacta. Pero este “vínculo débil” con los objetos, la tierra, el trabajo o el propio cuerpo nos hace sentir quizá visitantes más que habitantes del mundo que compartimos y con el que establecemos relaciones que no siempre contribuyen activamente a recrear y repensar nuestras condiciones de existencia para mejorarlas.

Como dice Perejaume en la introducción de Pagèsiques, “la potencia de sembrar y cultivar no es de naturaleza exclusivamente vegetal”. Quizá se puede trasladar la metáfora del cultivo, con todo lo que implica hacer germinar (el respeto por el ritmo inalterable de algunos procesos, la preparación y la espera, el cuidado), a los nuevos espacios que habitamos lejos de la naturaleza y de la tierra. Sin estar impregnada de la nostalgia por un pasado rural idealizado, la agrariedad podría convertirse en una alegoría del cuidado de los lugares que habitamos “en común”. En palabras de Perejaume:

“La agrariedad. Entendida, esta agrariedad, como cultivo de cualquier tipo de cosa. Del espacio antes que nada, cualquier espacio, en la medida en que no tenemos que pensar únicamente en encontrar un buen sitio sino en contribuir a que lo sea”.

Para saber más de lo que Perejaume entiende por “Agrariedad”, puedes acercarte al CCCB para escucharlo el próximo miércoles, 6 de marzo, en el marco del ciclo “En común”. Lo presentará su amigo Jacint Torrents, antropólogo experto en el mundo rural. Imperdible.

La libertad según Josep Ramoneda

28 de febrero de 2013 No Comments

Seguramente, la combinación de libertad y comunidad es una de las ecuaciones más difíciles de resolver. Cualquiera que haya asistido a la reunión de una comunidad de vecinos, o haya pasado un rato de juego en un parque infantil, habrá comprobado que el aprendizaje de los límites que se imponen a la propia libertad dura toda la vida, y es, sin duda, una píldora dura de tragar. No en vano, la discusión sobre dónde empieza nuestra libertad y acaba la de los demás ha sido objeto de largas e intricadas controversias filosóficas. ¿Cuándo deben estar las decisiones de la comunidad por encima de las decisiones individuales? ¿Son compatibles la igualdad y la libertad? ¿Somos plenamente responsables de nuestros actos? ¿Qué tipo de comunidad puede permitir al mismo tiempo el ejercicio de la libertad y la corresponsabilidad en el mantenimiento y la creación de los espacios y los bienes comunes? ¿Puede llegar a ser emancipadora la interdependencia?

“Auf freier Höhe”, Carl Spitzweg

Mientras que el neoliberalismo ha hecho de la libertad económica la clave de arco de su propuesta de sociedad, el socialismo y otras formulaciones de la izquierda han renunciado a menudo a la libertad individual en nombre de un proyecto social basado en la igualdad para el filósofo Josep Ramoneda, este ha sido “el pecado original de la izquierda”: tener miedo de la libertad pensando que comporta, inevitablemente, una mayor desigualdad social. En su último libro, La izquierda necesaria, Ramoneda reflexiona precisamente sobre el conflicto entre libertad e igualdad, y reivindica que la izquierda ha de recuperar el ideal de la libertad. Para eso, debe ser capaz de “descolonizar” la idea de libertad de los términos económicos en los que se plantea en nuestras sociedades de mercado, y de trabajar para que cada uno pueda disponer de las condiciones para pensar y decidir por sí mismo. El bienestar, recuerda Ramoneda, no es sólo una cuestión de rentas, sino sobre todo la ampliación de las posibilidades de realización y reconocimiento de cada uno de nosotros.

Para intentar dar algunas respuestas a los problemas que se plantean hoy al ejercicio de la libertad, Josep Ramoneda visitará el CCCB el próximo lunes 4 de marzo, a las 19:30 h. Este es un pequeño adelanto de los argumentos que planteará en su conferencia:

“Montesquieu decía que la razón y la libertad son dos rarezas que hacen al hombre diferente del resto del Universo, y Voltaire, que ser libre es “querer caminar y no tener gota”. ¿Hasta qué unto somos autores de nuestras propias vidas? ¿Tiene sentido hablar de libre albedrío? ¿Existe una libertad sustancial más llá de la resistencia al abuso de poder? ¿Puede haber reconocimiento del otro sin libertad? ¿Es la libertad condición necesaria para que el hombre sea tratado como un fin en sí mismo y nunca como un medio?”

Ramoneda intervendrá en el marco del ciclo “En común”, en el que ya han participado Ulrich Beck, Lydia CachoPeter Burke, Ramón Andrés, Xavier Antich, Joan Margarit, Joan Nogué y Marina Garcés. Entre todos, han ido perfilando algunos de los rasgos de la vida “en común” a la que estamos inevitable y felizmente abocados. Puedes escuchar sus conferencias y las pequeñas entrevistas que les hemos ido haciendo a todos ellos aquí.

Marina Garcés: el compromiso

13 de febrero de 2013 No Comments

Ya hace un tiempo que la palabra «compromiso» vuelve a estar sobre la mesa. Supone, esta renovación, una cierta recuperación de la sociedad civil, una dignificación de la actividad política ciudadana que coincide, no por casualidad, con la mayor pérdida de legitimidad de los partidos políticos y la política institucional desde la inauguración de la democracia. Ya no somos indiferentes, o no lo somos tanto, porque nos hemos dado cuenta de que el mundo que compartimos depende directamente de nosotros (en plural) y de nuestra capacidad de intervenir en él.

Seguramente, la crisis nos ha hecho más conscientes del hecho de que habitamos un mundo “en común”, que “nada humano nos es ajeno”, que las acciones de los otros repercuten inevitablemente sobre nuestras vidas y que, por mucho que nos hayan hecho creer que podemos llegar a ser autosuficientes, nunca hemos sido tan dependientes como ahora. Es decir, nos hemos dado cuenta de que estamos comprometidos, unidos por lazos de obligación y dependencia, tanto si lo queremos como si no, por el hecho mismo de vivir juntos. ¿Cómo se pasa, no obstante, de este compromiso inevitable de la convivencia al compromiso político? ¿Qué quiere decir hoy politizarse? ¿Qué situaciones tienen la fuerza de comprometernos?

Por ADICAE15-M (Trabajo propio) [CC-BY-SA-3.0]

Para intentar encontrar algunas respuestas, podéis acercaros al CCCB y escuchar a la filósofa Marina Garcés el próximo lunes, 18 de febrero, en el marco del ciclo de conferencias “En común”. Tal como explicará, politizarse quiere decir, precisamente, “desafiar al poder que nos expropia de nuestra dimensión común”, reconocer en nuestra condición común el principio y el fin de la acción política. Para comenzar a calentar motores, vaya esta reflexión suya sobre la naturaleza del compromiso:

«El compromiso, cuando nos asalta, rompe las barreras de nuestra inmunidad, nuestra libertad clientelar de entrar y salir, de estar o no estar, de tomarlo o dejarlo. Así, nos abre y nos desplaza en lo que somos o en lo que creíamos ser. Nos incorpora a un espacio que no controlamos del todo. Cuando nos vemos comprometidos, ya no somos una conciencia soberana ni una voluntad autosuficiente. Nos encontramos implicados en una situación que nos excede y que nos exige, finalmente, que tomemos una posición. Tomar una posición no es sólo tomar partido (a favor o en contra) ni emitir un juicio (me gusta no me gusta). Es tener que inventar una respuesta que no tenemos y que, sea cuál sea, no nos dejará iguales. Todo compromiso es una transformación necesaria de la que no tenemos el resultado final garantizado.» (Puedes leer aquí el texto completo, o su libro Un mundo común, recién publicado por Edicions Bellaterra.)

Por otro lado, como la conferencia prevista para esta fecha era la de la filósofa Michela Marzano, que canceló su intervención a raíz de su decisión de presentarse a las elecciones al Parlamento italiano de los próximos 24 y 25 de febrero, también emitiremos una breve entrevista que el equipo del CCCB le ha hecho sobre su compromiso político y sobre la relación entre la confianza y la vida “en común”. Pronto estará también disponible en la red.

La ciudad, en común

5 de febrero de 2013 2 Comments

La defensa y puesta en valor de los bienes comunales, de lo que es de todos y todas, de lo que fomenta una comunidad y, más importante, de lo que le da su razón de ser es el objetivo del ciclo “En común”, que esta semana ha celebrado su cuarta sesión con una conferencia excepcional sobre la música a cargo del poeta y ensayista Ramón Andrés (pronto en la red).

© David Bravo

© David Bravo

La próxima sesión, el lunes 11 de febrero a las 19:30 h, se planteará como un diálogo alrededor de la ciudad, vista como el lugar en el que todo tiene cabida y todos nos encontramos representados. La sesión estará a cargo de Xavier Antich, filósofo y profesor de Historia de las ideas estéticas de la Universidad de Girona, y del poeta y arquitecto Joan Margarit, y será presentada por Joan Nogué, catedrático de Geografía humana de la Universidad de Girona y director del Observatorio del Paisaje de Cataluña.

En este contexto, el espacio público será un elemento crucial del diálogo, dado que, en contraposición con los espacios privados de propiedad individual y uso preasignado, se trata del espacio por excelencia de la comunidad; de la propiedad, el dominio y el uso públicos. El espacio público de la ciudad se supone el emplazamiento de la convivencia de los derechos colectivos e individuales, pero ¿cómo responde a los cada vez más crecientes dinámicas de individualización o apropiación particular? Hemos asistido a un proceso ene l que diversas formas de consumo supusieron que el espacio público fuese el lugar de la publicidad, de la mercantilización y del espectáculo de masas, y que acabase convirtiéndose en la localización predilecta de las grandes marcas mundiales. Ante eso, ¿podemos decir que el espacio público es aún público?

La crisis de ideales de décadas anteriores nos ha hecho replantearnos cuál habría de ser el rol del espacio público y, por extensión, en qué debería convertirse la ciudad. Diariamente, somos testimonio y parte de movimientos de resistencia urbana que denuncian la deriva privatizadora que ha sufrido el espacio público, y ponen de relieve la necesidad de cuetionar el moelo de espacio público de las ciudades. En definitiva, asistimos a un momento de auge de la responsabilidad de habitantes, usuarios y ciudadanos hacia los espacios públicos de la ciudad, entendiendo que si son nuestros no nos podemos desentender, somos responsables.

El diálogo abordará también cómo la herencia de décadas anteriores no sólo está presente en la ciudad tradicional, sino que también tiene consecuencias territoriales. ¿Qué debemos hacer con los espacios urbanizados que salpican el territorio metropolitano y parecen no tener uso ni localización lógica? Se trata de lugares que no pueden aspirar a llamarse ciudad ya que no existe en ellos convivencia ni pervivencia de usos, y que parecen abocados a la desatención de las administracions que, por otro lado, los hicieron posibles. ¿Tiene espacio público un espacio urbanizado que no es urbano, que no es ciudad? Aunque morfológicamente tiene calles y plazas, ¿son lugares de intercambio, de encuentro, en los que poner en práctica la serendipia? ¿Qué forma adopta el espacio público en las metrópolis y, también, cuál es el papel del paisaje abierto en este contexto?

Ya hace doce años que el CCCB creó el Premio Europeo del Espacio Público Urbano con la finalidad de reconocer y promover el carácter público de los espacios urbanos, así como su capacidad para estimular la cohesión social. Asumiendo las ambigüedades inherentes a la noción de espacio público, el Premio es el único en Europa que reconoce y promueve un espacio al mismo tiempo público (abierto y de acceso universal) y urbano.

Marta Canedo

1