Precariedad laboral en el terreno cultural

Adrià expone en un comentario, a partir de la sesión de síntesis realizada por Juan Insúa:  “sería interesante  abordar el tema de la precariedad laboral en el terreno cultural “.031208-precariedad

Su discurso lo trasladamos a este debate online: “Generalmente la precariedad y flexibilidad de los trabajadores creativos queda invisibilizada por discursos sobre el voluntarismo, la vocacionalidad cuando no la bohemial”.

Adrià propone plantearse seriamente cómo todos estos temas de redes sociales, cooperación, nuevas tecnologías, P2P, comunidades virtuales, etc. se combinan con las condiciones laborales de quienes participan de ellas. Sugiere realizar sesiones con propuestas como la renta básica “que es un tema fundamental para abordar un nuevo modelo dirigido a nuevas formas de trabajo”.

Y tú, ¿qué piensas?

2/11/2009
  • ..es que.. no te parece un oxímoron “creador profesional”?.. entiendo que la creatividad también se licúa, y es cada vez más necesaria en el mundo de la economia convencional.. vaya, que ganar dinero haciendo lo que te interesa es dificil, en todas partes.. y como siempre.

      

    per: josep



  • Sobre lo que se ha dicho hasta ahora, soy más de la opinion que los pequeños creadores tienen que competir con grandes organizaciones públicas y privadas.

    Además quiero puntualizar que el resultado suele estar a la merced de los distribuidores. La cultura innovadora es difícil de ver porque si requiere medios de distribución se tiene que doblegar a quienes los controlan. En este sentido creo que Internet no es la panacea. Internet permite incidir algo en el público, pero no lo veo como un medio de distribución demasiado efectivo. Hay una competencia enorme y, por lo tanto, también se generan tendencias o islas estilíticas. El resultado es la fragmentación máxima del público.

    En otro orden de cosas, en el caso de algunos tipos de creación, como los ligados a la escena dónde se requiere un grupo y un espacio, la creación está bastante polarizada entre el producto comercial y el producto institucional, en el que la mayoría de veces los entes aplican criterios absolutamente opacos y que les convierte en sospechosos de amiguismo (p.ej:T6 del TNC). En este entorno uno acaba trabajando dónde puede y finalmente llega a la conclusión de que de creador no se come sin estar en unos ciertos círculos. Si no estás en ellos, trabajas por un mal sueldo en proyectos poco creativos y de una comercailidad burda, en los que se ve al público como a un hatajo de alcornoques! Trabajos de muy baja calidad, los únicos rentables según muchos productores y distribuidores actuales.

    Si no hay posibilidad de gestar nuevos proyectos, no hay nuevos círculos, no hay nuevos intercambios de ideas y no hay cosas nuevas. Hay miles de cajones con proyectos posibles que no tienen ni una mínima oportunidad.

    Se nos llena la boca con la promoción de la creatividad pero mi experiencia es que es como siempre: sólo los bienestantes llegan a poder vir de esto. Y va a ir a peor con todo este rollo de que los creadores no tienen derechos sobre su obra: pronto la mayoría de creadores ya no serán profesionales porque tendrán que ganarse el sustento haciendo otra cosa.

    Por la parte que me toca me enfurece mucho.

      

    per: Lluc



  • Hola,

    Los creadores si queremos sacarle partido a las nuevas tecnologías tenemos que aprender a utilizarlas para promocionarnos y difundir nuestras obras, porque ese es el potencial de las redes distribuidas. Pienso que todavía está muy verde este campo. Y es ahora cuando tenemos la oportunidad de intentar hacer cosas nosotros antes de encontrarnos que otros las han hecho ya por nosotros y nos han marcado cómo debemos seguir. La tecnología no es neutra, y por eso también depende de los usos que todos nosotros escojamos darles. Y las instituciones culturales, si se ponen las pilas en esto podrían ayudar mucho tanto a creadores como a consumidores, porque al fin, todo acaba convergiendo y de eso se trata un poco.

    Un saludo,

    Clovis.

      

    per: Clovis



  • No veo por que la ausencia de intermediarios deja al productor más sujeto a las leyes del mercado. Más bien suele ser al contrario. El mercado se vuelve más abierto, y aquel que sea capaz de comunicar su propuesta de valor, podrá conectar más directamente con el público. Ahora, para esto deberá llevar a cabo los roles que desempeñaba el intermediario, y que la tecnología ha democratizado (dejando sin rol, precisamente, al intermediario, y no al creador). Para mí, los roles que el creador deberá ejercer directamente son: promoción, producción y distribución. Y para ello tiene herramientas tecnológicas.. y se supone que imaginación para desarrollar nuevos canales. La tecnología transforma no solamente el hecho cultural, sino sobre todo el mercado cultural. Y es lo que hay.. no podemos afrontar los nuevos retos con viejos conceptos. Otra discusión, que seguramente no es muy “artística”, aunque yo la encuentro apasionante, es sobre los modelos de negocio en red- que los hay. Pero este ya es otro tema.. o no.

      

    per: josep



  • Josep, estoy de acuerdo contigo en que las industrias culturales están sufriendo una transformación brutal, pero lo que no acabo de ver claro es la posición en la que quedan los creadores independientes. Sin intermediarios, pienso que quedan mucho más expuestos a las leyes del mercado. Y no sé si eso es bueno para un creador. Por otro lado, si el mercado se fragmenta, y tendemos hacia un panorama cultural en el que todos podemos ser artistas, bricoleurs y prosumers, está por ver cómo se resolverá la retribución monetaria del artista. Personalmente, pienso que los cambios siempre traen oportunidades, por eso me pregunto de qué manera los creadores independientes podrían sacar rendimiento a su obra en un contexto en el que se está revisando el concepto de propiedad intelectual y se tiende al conocimiento y las creaciones colectivas. ¿Cómo afecta eso al bolsillo de un artista? ¿De qué maneras puede seguir viviendo de su arte?

      

    per: Wando



  • Me parece que el tema no es este. Las industrias culturales están sufriendo una transformación brutal, puesto que pierden el rol de intermediarios todopoderosos entre el creador y su público. No creo yo que estén en condiciones de asegurar muchos puestos de trabajo en las mismas condiciones que ahora. En cambio, el mercado cultural- de acuerdo con Baumann – se fragmenta, y entiendo que presenta buenas oportunidades para aquellos creadores que no busquen un intermediario para trabajar para él de asalariado.

      

    per: Josep