Entradas con la etiqueta ‘arquitectura’

Un viaje por la arquitectura del deseo

26 de enero de 2017 No Comments

«1.000 m2 de deseo. Arquitectura y sexualidad» explora de qué manera la arquitectura ha definido nuestros espacios para el sexo. Enmarcada en dos revoluciones, la Francesa (1789) y la de Mayo del 68, la exposición traza un recorrido histórico a través de la literatura, el arte, la arquitectura, el diseño y las aplicaciones móviles. Para que no te pierdas entre las 250 piezas que ocupan los 1.000 m2 del título, hemos hecho una selección de obras imprescindibles, que por sí mismas merecen una mirada por su importancia histórica, porque son únicas, curiosas o porque las hemos construido explícitamente para la muestra. Una colección de libros, maquetas, planos, grabados y reproducciones de espacios a escala real para que te adentres en un mundo sugerente y, al mismo tiempo, hagas un viaje en el tiempo por la arquitectura del deseo.

Playboy, ¿una revista para amantes de la arquitectura?

«El hombre Playboy y su revista son arquitectura», escribe la arquitecta Beatriz Colomina en el texto del catálogo de la exposición. Y es que, a pesar de que esta revista era (y es aún) un referente del erotismo, uno de los objetivos de su editor, Hugh Hefner, era también ser un referente del estilo, la arquitectura y el diseño. El hombre Playboy tenía que vivir en un apartamento diseñado para la seducción, un loft sin puertas ni habitaciones para tener a la mujer en todo momento a la vista. Por ello, los mejores arquitectos y diseñadores del momento, desde Charles Eames hasta Eero Saarinen, ocupaban páginas y páginas en la revista al lado de chicas desnudas, artículos de Truman Capote y entrevistas con Michael Caine. En la #expodeseo encontraréis un espacio dedicado exclusivamente a la revista Playboy, comisariado por Beatriz Colomina y su equipo: explorad las maquetas de la mansión Playboy y el avión de su editor, leed los artículos sobre los arquitectos de moda, acostaos en la cama redonda de Hefner y mirad los planos de las casas más impactantes de la época, algunas de las cuales fueron escenarios de películas como las de James Bond.

Llit de Hugh Hefner, editor revista PlayBoy © CCCB, 2016

Cama de Hugh Hefner, editor revista PlayBoy © CCCB, 2016

La pornografía según Nicolas Restif de la Bretonne

¿Sabíais que el término “pornografía” aparece por primera vez en 1769? Concretamente, en un tratado de Nicolas Restif de la Bretonne, un escritor que en su obra Le Pornographe (neologismo que acuñó él mismo para designar a un escritor que se ocupa de la prostitución) describe con todo lujo de detalles cómo tendría que ser un establecimiento dedicado a la prostitución o cuánto valdría cada chica en función de su edad y belleza. Para Restif de la Bretonne, la pornografía era un asunto de Estado y su propuesta era innovadora y audaz: pensad que hablamos de la Francia prerrevolucionaria. Estos establecimientos, llamados parthénions (casas para jóvenes vírgenes), influyeron sobremanera en las teorías de Charles Nicolas Ledoux, de quien encontraréis abundantes ejemplos en la muestra, incluido el famoso Oikema. Encontraréis el original de Le Pornographe en la exposición.

Las polaroids de Carlo Mollino

Carlo Mollino era un prestigioso arquitecto italiano que cultivó también otras disciplinas: la literatura, el automovilismo, la aeronáutica o el diseño de muebles. Pero a Carlo Mollino le interesaba, por encima de todo, la fotografía. A raíz de su muerte, en 1973, sus herederos descubrieron una colección de fotografías de la cual desconocían la existencia: imágenes de mujeres, elegantemente desnudas, que Mollino había retratado a lo largo de su vida. Las polaroids se realizaban en su propio apartamento, donde Mollino tenía un set que preparaba para cada ocasión. Escogía a las mujeres en la calle o en prostíbulos de Turín, donde él vivía: no hay ninguna que repita ni ninguna escenificación igual. Más de 1.000 gestos fetichistas plasmados en 8×10 cm que descubriréis en una pequeña habitación medio a oscuras.

Polaroids de Carlo Mollino © CCCB, 2016

Polaroids de Carlo Mollino © CCCB, 2016

Los planos originales del panóptico de Jeremy Bentham

El sufragio universal, la separación entre Iglesia y Estado, la abolición de la esclavitud, los derechos de los animales, la libertad sexual, la emancipación de la mujer o la despenalización de la homosexualidad: Jeremy Bentham fue un pionero en la defensa de ideas que hoy en día están en boca de todos. Una de sus grandes aportaciones es la idea del panóptico, la figura arquitectónica del poder en la sociedad moderna: una casa de inspección que se puede aplicar a cualquier institución (una cárcel, un hospital, una escuela) y que permite vigilar a la población en todo momento. La cárcel Modelo de Barcelona tenía la estructura de panóptico definida por Bentham en 1791. Jeremy Bentham, sin embargo, era filósofo y no arquitecto, y por esta razón los planos originales del panóptico que encontraréis en la exposición son de Willey Reveley. Por cierto, si tenéis curiosidad por saber qué cara tenía (literalmente), podéis visitar su momia vestida en el University College de Londres.

El croquis del falansterio de Charles Fourier

El filósofo utópico Charles Fourier fue contemporáneo de Jeremy Bentham y, como él, fue un revolucionario. Pero también fue un utopista que creía en la bondad del ser humano y en la creación de un paraíso sexual donde se pudieran reconocer y satisfacer todas las pasiones. Este paraíso se llamaba Harmonia, y el falansterio sería el espacio donde estas pasiones se producirían. Ocuparía 5 km2 de tierra cultivable en un terreno cercano a un bosque y una gran ciudad. Constaría de tres pisos y tres alas, una de ellas destinada a los placeres sexuales. Esta idea fue adoptada por los movimientos hippies de los años sesenta del siglo xx, pero encontramos también otros ejemplos en la arquitectura, como el edificio Walden 7 de Ricardo Bofill (la forma del cual, por cierto, recuerda a una vagina), las cúpulas geodésicas (encontraréis una en el centro de creación de Comediants en Canet de Mar) o las ciudades utópicas diseñadas por el grupo de arquitectura Archigram. En “1.000 m2 de deseo” encontraréis los diseños originales del falansterio, así como la maqueta original del edificio de Bofill. 

Maqueta de l’edifici Walden 7 de Ricardo Bofill © CCCB, 2016

Maqueta del edificio Walden 7 de Ricardo Bofill © CCCB, 2016

El grabado del sacrificio de un asno en honor a Príapo de El sueño de Polífilo

Es el sueño de todo bibliófilo: un libro enigmático, del cual  no se sabe con certeza el autor, que reúne todos los saberes de la edad media, de la mitología al ajedrez, la astronomía, la liturgia, la epigrafía, la arqueología o el arte de podar zarzales. El sueño de Polífilo (Hypnerotomachia Poliphili), publicado en 1499, narra la historia de Polífilo, el cual sueña en recuperar a su estimada Polia mientras recorre paisajes imaginarios de arquitectura fabulosa: es uno de los primeros ejemplos que une arquitectura con erotismo. Contiene 171 grabados de autor desconocido, entre ellos, el sacrificio de un asno en honor a Príapo que se puede ver en la exposición. El libro, dedicado al duque de Urbino, fue financiado por el noble Leonardo Grassi, protonotario apostólico, aficionado a la arquitectura y responsable de las fortificaciones de Padua, e impreso en Venecia por Aldo Manuzio, uno de los impresores más famosos del momento. Vaya, como si Planeta hubiera editado un libro dedicado al conde de Godó pagado por la familia Güell.

El Centro de Entretenimientos Sexuales de Nicolas Schöffer

Imaginad un espacio dedicado únicamente al placer, a los cinco sentidos. Un espacio donde la luz, los olores, los colores están enfocados a estimular vuestros sentidos y a prepararlos para el acto sexual. Esto es el Centro de Entretenimientos Sexuales que el artista plástico y escultor Nicolas Schöffer diseñó para la Ciudad cibernética (1955-1969), un proyecto de ciudad utópica inspirada en Fourier. Como toda idea utópica, nunca llegó a materializarse, pero en la exposición podréis ver una reproducción a escala real de este espacio: una sala cerrada donde la luz, las texturas, las esculturas metálicas geométricas y la música se erigen en protagonistas para que el visitante pueda experimentar con todos los sentidos. Una experiencia que hay que vivir con la mente abierta.

Reproducció el Centre d’Entreteniments Sexuals de Nicolas Schöffer © Gregori Civera, 2016

Reproducción el Centro d’Entretenimientos Sexuales de Nicolas Schöffer © Gregori Civera, 2016

Una segunda vida (virtual)

Imaginad un espacio donde podéis vivir la vida que queréis. Donde podéis dar libertad a vuestros deseos más perversos. Donde podéis imaginar que tenéis un pene de formas imposibles, o que vosotros mismos tenéis una forma imposible que os permite disfrutar de placeres desconocidos… Second Life empezó como un mundo virtual donde, a través de un avatar, los usuarios podían interactuar con otros avatares y construir su propio mundo, pero se ha convertido en un territorio sin normas ni tabúes donde los usuarios organizan encuentros sexuales en entornos que reproducen con todo detalle la arquitectura de sus fantasías. Eso sí, todo sucede en un espacio virtual. En la exposición podréis ver un vídeo que muestra estos espacios digitales para el sexo. 

Captura del vídeo de Second Life

Captura del vídeo de Second Life

Los baños de Rem Koolhas

Centro de Londres. Delimitado por un muro se extiende un espacio asolado dividido en once zonas, entre las cuales, una plaza de ceremonias, el Parque de los Cuatro Elementos, con templos para experiencias sensoriales, la Plaza de las Musas (solo sobrevive el Museo Británico) y los Baños. Inspirados en el Oikema de Ledoux, en estos baños hay zonas de observación, exhibición, seducción y encuentro (las piscinas) y también celdas para la consumación, donde se proyectan fotogramas de una película pornográfica, La esclava blanca. Un sueño utópico del arquitecto Rem Koolhas, premio Pritzker, autor del icónico edificio de la televisión china, pensado en los primeros años de la arquitectura radical de los años setenta. En la exposición podréis ver los dibujos y planos originales de esta idea.

«Hay que politizar el juicio sobre cualquier transformación urbana»

17 de noviembre de 2016 No Comments

Entrevista a David Bravo, arquitecto y colaborador del CCCB

¿Cuáles son los problemas de vivienda y urbanismo que más preocupan a escala global? ¿Están de acuerdo los gobiernos, las empresas y las instituciones en el momento de abordarlos? ¿Las ciudades comparten problemáticas y conflictos similares? En octubre de 2016 se celebró en Quito «Habitat III», la tercera Conferencia Internacional sobre Vivienda y Desarrollo Sostenible. La ONU convoca esta cumbre cada veinte años para definir lo que se ha llamado «Nueva Agenda Urbana», la hoja de ruta que los estados y organizaciones tienen que seguir en materia de urbanismo y desarrollo urbano.

El arquitecto David Bravo, colaborador del Centro de Cultura Contemporánea en proyectos como el Premio Europeo del Espacio Público y la exposición «Piso Piloto», de la que fue co-comisario, asistió a la cumbre en representación del CCCB. Carlota Broggi, responsable de itinerancias del CCCB, entrevista a David Bravo sobre su experiencia en «Habitat III».

La necesidad de entender la vivienda como un derecho, de democratizar las ciudades y alejarlas de los intereses de las grandes corporaciones, la gentrificación y el discurso acrítico alrededor de las llamadas smart cities (ciudades inteligentes) son temas comunes que preocupan tanto en Barcelona como en Quito y que David Bravo recupera en esta entrevista.

David Bravo en el CCCB. Foto: Lucía Calvo

¿Qué sentido tuvo la presencia del CCCB en Quito?  

- «Habitat III», la Conferencia de la ONU sobre Vivienda y Desarrollo Urbano Sostenible, reunió en Quito a activistas, pensadores y gobernantes de todo el planeta a fin de establecer las directrices de la Nueva Agenda Urbana. La relevancia de este encuentro se refleja en el hecho de que solo se celebra cada veinte años. La presencia del CCCB dio visibilidad a su reflexión sobre el hecho urbano, que, desde los inicios de la institución, forma parte de su ADN. La mirada del CCCB sobre la ciudad ha sido siempre transversal y se ha esforzado por cruzar disciplinas tan diversas como la filosofía, la literatura, la política y el urbanismo. Esta promiscuidad era muy pertinente en el contexto de Quito, donde se encontraron voces de muy distintas procedencias geográficas y disciplinarias.

- El debate generado en «Habitat III», ¿de qué forma te ha hecho cambiar tu visión de lo que deberían ser la arquitectura y el urbanismo como instrumentos para regenerar la ciudad?

- Más que hacerme cambiar de visión, me ha confirmado que la arquitectura y el urbanismo son armas de doble filo. Por un lado, pueden estar al servicio del abuso de poder, contribuir a la injusticia espacial, la especulación inmobiliaria, la corrupción urbanística, la deuda pública, el derroche energético y la concentración de riqueza en pocas manos. Por otro, sin embargo, son instrumentos ineludibles para la democracia.

- Más que de «regeneración», hay que hablar de democratización de la ciudad. Demasiado a menudo somos víctimas de una neofilia cegadora que nos lleva a presuponer que toda regeneración es positiva. Pero no siempre es así; muchas veces, regenerar significa estropear un tejido social y urbano, echar a perder sus valores y excluir o expulsar a sus habitantes más desfavorecidos. Por este motivo hay que politizar el juicio sobre cualquier transformación urbana, que en ningún caso es una cuestión puramente técnica o estética. Las transformaciones democratizadoras son aquellas que mejoran la convivencia de quienes comparten hoy la ciudad —justicia— y la supervivencia de quienes la heredarán mañana —sostenibilidad—. Si no se cumplen estas dos condiciones, no se está construyendo democracia.

«La arquitectura y el urbanismo son armas de doble filo: pueden estar al servicio del abuso de poder y ser a la vez instrumentos para la democracia» 

- La cumbre convocó a alcaldes de todo el mundo, así como a responsables de gestión y gobernabilidad de todas partes. ¿Hay consenso respecto a la visión de la vivienda como necesidad básica y como fenómeno colectivo, tal como lo es el espacio público?

- No, de ningún modo. Hay una gran polarización entre los que entienden la vivienda como un activo inmobiliario y priorizan el derecho a la propiedad y los que, antes que nada, entienden la vivienda como un derecho básico y como un instrumento para democratizar la ciudad. Esta polarización se manifiesta de varias formas. De los «encuentros temáticos» (thematic meetings) celebrados previamente en distintas ciudades para preparar la cumbre de Quito —en Barcelona hubo uno en abril— surgieron declaraciones oficiales en las que abundaban las alertas contra la «injusticia espacial» y en defensa del «derecho a la ciudad», conceptos que también estuvieron muy presentes en los actos de Quito, tanto en los networking events de la propia cumbre como en los foros alternativos celebrados paralelamente. A pesar de todo, algunos estados miembros de la ONU rechazan el uso de estos conceptos. Tanto es así que la declaración final de la cumbre, tal como señala el politólogo Joan Subirats, abunda en aproximaciones comerciales como la «smart city», mientras que elude la palabra «democracia» y hace una sola referencia, muy tangencial, al «derecho a la ciudad».

Hace unos años que se ha incorporado al debate sobre vivienda y urbanismo la necesidad de apostar por ciudades inteligentes o smart cities. ¿Qué significa realmente este concepto y qué relevancia tuvo en Quito?

- Mi principal objeción a la corriente de las smart cities es que pone los medios por delante de los fines. De alguna forma, podríamos decir que contradice la tesis maquiavélica según la cual «el fin justifica los medios» defendiendo que «el medio justifica los fines», afirmación igualmente errónea. A menudo la smart city ofrece soluciones a problemas irrelevantes o inexistentes, mientras que elude dar solución a los dos principales problemas que sufren todas las ciudades: la injusticia y la insensatez. Por poner un ejemplo, no necesitamos sensores que nos permitan encontrar aparcamiento más rápidamente; lo que nos hace falta es conseguir que las ciudades puedan volver a funcionar sin un invasor tan injusto e insostenible como el vehículo privado, aunque sea eléctrico o sin conductor.

- La smart city se aproxima al hecho urbano desde una tecnofilia acrítica altamente despolitizada mientras olvida —u oculta— que cualquier transformación urbana tiene causas y efectos políticos —¡política viene de polis, que quiere decir ciudad!—. Además, lo hace de la mano de grandes corporaciones globales de dudosa reputación —como Cisco Systems o Telefónica— que concentran mucha riqueza y poder en pocas manos. Bien es cierto que, últimamente, se habla también de smart citizens, en lo que parece un lavado de cara de una iniciativa que, originariamente, se había olvidado de la gente. Y no cabe duda de que las nuevas tecnologías pueden ser de gran utilidad para mejorar la transparencia, la participación, la coproducción colaborativa y la gestión democrática de las ciudades. Pero hay que tener siempre muy presente que la tecnología es solo un instrumento y que tan pronto puede estar al servicio de la democracia como del abuso de poder.

«La smart city ofrece soluciones a problemas irrelevantes o inexistentes, mientras que elude dar solución a los dos principales problemas que sufren todas las ciudades: la injusticia y la insensatez»

Foto: Lucía Calvo

- Como representante del CCCB, ¿qué aportación al debate general pudiste hacer durante las mesas redondas que se organizaron en «Habitat III»?

- En especial, se dio visibilidad a las lecciones acumuladas por el Premio Europeo del Espacio Público Urbano —convocado desde el año 2000 por el CCCB junto a seis instituciones más, de Fráncfort, Helsinki, Liubliana, Londres, París y Viena— y a las reflexiones aportadas por la exposición «Piso Piloto» —organizada conjuntamente por el CCCB y el Museo de Antioquia de Medellín—, que muestra multitud de soluciones que han demostrado su viabilidad a la hora de hacer efectivos el derecho a la vivienda y el derecho a la ciudad.

¿Piensas que esta reflexión ha evolucionado durante las jornadas de trabajo en Quito?

- Las reflexiones que hay detrás de «Piso Piloto» se han enriquecido porque han demostrado que, más allá de los contextos de los que partía la exposición —las ciudades de Barcelona y Medellín—, son igualmente pertinentes en otros escenarios, como las ciudades ecuatorianas o mexicanas. En Quito o el DF también preocupan fenómenos como la gentrificación, la falta de viviendas públicas de alquiler social y la proliferación de grandes promociones privadas que empobrecen el tejido urbano y aíslan a sus residentes en comunidades cerradas. En último término, se constata que el derecho a la vivienda y el derecho a la ciudad son universales e inseparables uno de otro. Es más: en un mundo cada vez más urbanizado, estos derechos constituyen la base del resto de derechos humanos.

- Si «Piso Piloto» sostiene que «la ciudad del futuro ya está construida», ¿por qué crees que es útil discutir los desafíos de la urbanización en el siglo xxi?

- Cuando decimos que «la ciudad del futuro ya está construida» no nos referimos a que no haya que hacer nada más ni pretendemos que todo se deje tal como está. Lo que queremos es superar el paradigma urbanizador del siglo xx, basado en el crecimiento ilimitado. Superar la lógica utopista del urbanismo moderno, que prefiere la tabla rasa o la obra nueva antes que tratar con la complejidad del lugar preexistente. Superar la extensión compulsiva del suelo urbano a través de sectores de nueva planta, monofuncionales y de baja densidad. Superar un modelo caduco, altamente injusto e insostenible, responsable de la dispersión urbana, la segregación espacial, las emisiones contaminantes, el derroche energético y la depredación territorial.

Lejos de ser nostálgico, hoy es plenamente contemporáneo defender el modelo premoderno de ciudad mixta y compacta, hecha de fincas pequeñas y entre medianeras, con calles corredor que favorecen el comercio de proximidad, la mezcla de usos y clases sociales, el movimiento peatonal y la posibilidad de un transporte público eficaz y de calidad. Este modelo es mucho más pertinente para afrontar los retos económicos, ecológicos y políticos que nos plantea el futuro inmediato.

«En Quito o el DF también preocupan fenómenos como la gentrificación, la falta de viviendas públicas de alquiler social y la proliferación de grandes promociones privadas que empobrecen el tejido urbano y aíslan a sus residentes en comunidades cerradas»

Idealmente, ¿cuál crees que sería la mejor Agenda Urbana de los próximos años?

 - A mi entender, la Agenda Urbana tendría que ser una apuesta decidida por inundar las ciudades de radicalidad democrática. Lejos de ser un brindis al sol, esta apuesta puede traducirse en medidas muy concretas y contrastables. Cualquier transformación urbana debería democratizar la ciudad en cuatro sentidos principales:

1. Mirando hacia abajo, está el principio de redistribución, que transmite riqueza y oportunidades a la base de la pirámide social. Hay que democratizar el acceso a los recursos básicos y los lugares primordiales, combatir las crecientes desigualdades y entender que la cohesión social es una condición necesaria para el buen funcionamiento de cualquier ciudad.

2. Mirando hacia delante, está el recurso de la sostenibilidad, que mejora el legado que dejamos a las próximas generaciones. Hay que dejar de endeudarlas económicamente, de derrochar los recursos energéticos que necesitarán o de echar a perder el medio ambiente donde vivirán. Promover formas sensatas de hacer ciudad es el modo más eficaz de combatir el cambio climático.

3. Mirando hacia atrás, está el valor de la memoria, que extrae las mejores lecciones del pasado para que cada generación pueda progresar desde un punto de partida cada vez más adelantado. Hay que llenar los huecos disponibles en los tejidos compactos, activar las preexistencias heredadas del pasado con nuevos usos y sentidos que preserven sus valores patrimoniales. Reformar, reciclar, reutilizar y rehabitar lo que está construido antes de destruir, sustituir o edificar de nuevo.

4. Mirando hacia arriba, está la idea de la participación —o el bottom-up—, que nos permite combatir la tecnocracia, el populismo, el clientelismo y el abuso de poder. Hay que usar la pedagogía, la transparencia y el rendimiento de cuentas para transformar a los indiferentes o egoístas en ciudadanos responsables, rigurosos, concienciados, implicados y empoderados.

La vivienda es el tema

3 de junio de 2015 No Comments

Debemos admitirlo; hay un elefante en la habitación. No podemos tardar más en repensar la cuestión de la vivienda. En ella residen las causas de buena parte de nuestros males. En las últimas décadas, las ciudades han estado haciendo grandes esfuerzos para embellecer su espacio público pero han dejado el espacio doméstico en manos del mercado. Si algo nos ha enseñado la crisis inmobiliaria y financiera, es que la vivienda es demasiado importante como para cederla en exclusiva a expertos, a representantes o a intermediarios. Tanto como la calle, la casa es una cuestión colectiva. Este es el punto de partida de la exposición «Piso Piloto», que podrá visitarse simultáneamente en el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona (CCCB) y en el Museo de Antioquia de Medellín.

Cuando las ciudades desatienden el derecho a la vivienda, son menos justas y sostenibles. La falta de acceso a un hogar adecuado y bien emplazado no solo afecta a los más desfavorecidos; perjudica al conjunto de la sociedad. La distancia entre el domicilio y el trabajo conlleva costes colectivos en materia energética, ecológica, de infraestructuras o de productividad. La vivienda es la base de derechos tan fundamentales como el voto, la sanidad o la educación. Es uno de los principales motores de la economía y supone el mayor gasto de las familias a lo largo de su vida. Los países donde los jóvenes tienen más dificultades para emanciparse son menos innovadores. La mala gestión de la vivienda incide en la salud, en la natalidad o en la indiferencia que padecen nuestras democracias. Amenaza, en definitiva, a la convivencia y la supervivencia de lo urbano.

La buena noticia es que la vivienda ofrece muchas oportunidades para afrontar los retos económicos, ecológicos y políticos que nos plantea el futuro inmediato. Es necesario abordarla desde una lógica transversal y colectiva que le de valor como herramienta de democratización de la ciudad. «Piso Piloto» muestra soluciones habitacionales muy diversas, incluso contrapuestas, procedentes de la investigación académica, de la Administración Pública o de la sociedad civil. Su aplicación todavía no es hegemónica, pero tienen el valor de haber sido puestas en práctica y de probar su viabilidad. En definitiva, demuestran que una ciudad más acogedora es posible. Y que no solo es posible, sino que ya está aquí.

David Bravo es arquitecto y uno de los comisarios de «Piso Piloto» (del 3 de junio al 25 de octubre de 2015)

Muere el arquitecto y colaborador del CCCB Manuel de Solà-Morales

27 de febrero de 2012 1 Comment

Manuel de Solà-Morales en el CCCB durante una sesión de trabajo del Premio Europeo del Espacio Público 2008

Ha muerto Manuel de Solà-Morales, arquitecto y catedrático de Urbanismo en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de BArcelona, Universidad Politécnica de Cataluña (ETSAB-UPC).

Figura clave del urbanismo internacional, Solà-Morales colaboró con el CCCB como presidente del a col·laborar amb el Premio Europeo del Espacio Público Urbano en 2008 o como ponente de los debates  “Las ciudades (in)visibles. Espacios de riesgo, espacios de ciudadanía” y “Espacios públicos, entre urbanismo y paisajismo”.

Con motivo de la inauguración del Teatro CCCB el año pasado, Solà-Morales dedicaba estas palabras al Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona.

Año Cerdà: empieza la cuenta atrás

7 de junio de 2010 1 Comment

Esta semana se clausura el Año Cerdà, el conjunto de actividades culturales y exposiciones organizadas para conmemorar el 150 aniverario de la creación del Plan de Reforma y Ensanche de Barcelona por Ildefonso Cerdà.  El Año Cerdà ha contribuido a recuperar un importante legado documental alrededor de la figura y la obra del urbanista que hizo posible la Barcelona que ahora conocemos.  El sitio web del Año Cerdà se ha convertido en un completo archivo digital con material cartográfico, fotografías históricas, entrevistas y textos especializados en arquitectura y urbanismo. Desde la web también se puede acceder al proyecto educativo y al Navegador del Año Cerdà, dos iniciativas que han hecho emerger el conocimiento colectivo sobre el Ensanche y la ciudad de Barcelona.

Congreso Internacional Cerdà Postmetrópolis

Las exposiciones, debates y itinerarios urbanos programados desde junio de 2009 hasta junio de 2010 han reabierto el debate sobre el futuro de la ciudad entre expertos y ciudadanía. Un calendario de actividades que se cierra con el Congreso Internacional Cerdà Postmetrópolis, cuatro días (del 8 al 12 de junio) en los que especialistas de todo el mundo debaten en el CCCB sobre las políticas en las regiones metropolitanas.

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Francesc Muñoz, geógrafo y director del Congreso Internacional Cerdà Postmetrópolis, nos explicaba en esta entrevista, grabada el pasado mes de febrero, cúales eran las temáticas de los 4 seminarios previos y del congreso final, que empieza mañana 8 de junio.

“La Postmetrópolis busca un nuevo Cerdà” notícia en El País

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