Entrevista a Delia Márquez y Pablo Díaz, directores de Lugares comunes, el cortometraje ganador de la presente edición del Premio Gas Natural Fenosa.
El corto podrá verse en la sesión inaugural de Gandules’14 el día 5 de agosto.
«La idea nos vino como un flash», explican los directores del corto ganador de la edición de este año del premio Gas Natural Fenosa, Lugares comunes. Delia Márquez (Málaga, 1987) y Pablo Díaz (Málaga, 1979) habían viajado a Düsseldorf (Alemania) para visitar a una amiga enfermera que trabaja allí desde hace unos años. Una visita turística, una parada de autobús y unos cuantos minutos para pensar fueron el germen de este cortometraje, también galardonado en la Academia del Cine de España con el segundo premio de RNE.
Pablo: Prácticamente todo el guión, aunque después cambiáramos cosas, se nos ocurrió en la parada de un autobús…
El corto, un retrato intimista y conmovedor de cómo es la vida «fuera de casa» por motivos laborales, habla de la distancia, la nostalgia y el proceso de adaptación de una joven malagueña a la gélida Alemania. Pablo ha sido el encargado del guión, que en esta obra se articula a partir de una voz en off, tierna y simpática, con acento andaluz, de la actriz Virginia Muñoz. Delia es la parte visual, se ha dedicado a grabar y a improvisar con Virginia Valle (la otra Virginia, protagonista física de la historia, enfermera en la vida real) desde fines de enero hasta principios de febrero.
Delia: Primero definimos la idea, Pablo hizo el primer borrador, que me sirvió a mí como guía de grabación de cada uno de los planos. En este primer borrador se contemplaban escenas que al final nos vimos obligados a eliminar porque eran muy complejas.
–Y hacia mediados de febrero vuelves aquí.
Delia: En Málaga, con un montón de material grabado, es el momento de dar forma a todo el material y adaptarlo al guión. La música es del compositor gallego José María Martínez, que contactó conmigo hace tiempo, y revisando sus temas compuestos, decidimos quedarnos con el guitarreo que caracteriza y da ritmo a la historia. Con la carta cerrada, las pautas, la voz y la música, empezamos a montar, encajar las piezas del puzle.
–La dedicatoria final del corto es toda una declaración de intenciones («A todos los que se fueron. Ayer y hoy»), y subrayáis «y sobre todo a y para Virginia Valle». Virginia Valle, la propia protagonista, la enfermera, ¿no?
Pablo: Indudablemente, es la persona que nos motivó a hacer esto. Es una amiga en común que tenemos y que vive en Düsseldorf desde hace casi dos años. La queremos mucho y la echamos en falta por Málaga.
Delia: Ella es enfermera, y en el cortometraje tuvimos que simular que trabajaba en una farmacia (Apotheke en alemán) porque no era posible grabarla en el hospital. Desde el principio tuvo mucha disponibilidad y fue muy fácil. Como ella no es actriz, el 90% del corto es improvisación y el 10% restante está un poco planificado, como la escena de lanzar piedras al agua o fingir que estudia alemán.
–¿Y la escena del plato de migas?
Delia: En esta escena nos lo pasamos muy bien, porque ¡era la primera vez que Virginia preparaba unas migas!
Pablo: Yo no estaba, pero me habría encantado probar aquellas migas.
–¿Y alguna otra escena que recordéis especialmente?
Delia: Para grabar las escenas del avión que aparecen al principio, tuvimos que ir a la zona habilitada que hay en el aeropuerto de Düsseldorf para ver despegar y aterrizar los aviones (Flughafen besucherterrassen). Nos perdimos al llegar y ya era de noche, así que tuvimos que volver otro día para poder grabar aquellos planos.
–Los créditos del corto también son muy especiales.
Delia: Los créditos están basados en unas cartas reales que compramos en unas tienditas allí en Düsseldorf, y realizados por Javier Ramos. Y el cartel, de Juan Antonio Mariscal, también ha sabido capturar la esencia de nuestro corto y plasmarla en una imagen.
–Aparte de este corto, ¿habíais trabajado alguna vez juntos?
Delia: Hemos hecho cortos juntos y separados. Yo debuté con mi primer corto en el año 2011 (¿Cómo funciona un paracaídas?), en 2012 hice La petite mort, y a partir de aquí, junto con Pablo, hemos codirigido varios cortos, como Almohadas separadas, Casting Vitae, La técnica del mono y finalmente Lugares comunes.
Pablo: Yo realicé cortos hace años en solitario, pero lo dejé un poco, y hace relativamente poco que me he juntado con Delia y el equipo de Agudeza Visual. Siempre estamos pensando en nuevos proyectos y formamos un buen equipo, porque somos muy parecidos a la hora de trabajar.
–Y hablando de «estar fuera de casa» (la temática de vuestro último corto), ¿os lo planteáis como opción de futuro?
Delia: Yo me lo he planteado pero nunca he llegado a buen puerto. De momento me quedo en Málaga, con muchos proyectos por delante.
Pablo: Yo tengo trabajo ahora mismo y no lo necesito, pero me parece una opción muy buena, conocer otros países, otra cultura… La lástima es hacerlo por necesidad, porque prácticamente tu país te está obligando a hacerlo. El mensaje del corto es este: lo que está pasando ahora mismo, ya pasó hace un tiempo, y tenemos que evitar que esto pase en un futuro.
–Y si te dieran la oportunidad de ceder tu corto para que algún director hiciera un remake, ¿a cuál escogerías?
Pablo: Nos encantaría que Ken Loach, con su punto de crítica social, dirigiera Common Places, el remake. Y ya puestos a soñar, que Jamel Debbouzé hiciera de inmigrante árabe o Lupita Nyong’o de inmigrante kenyana, en ambos casos en Londres.