Pasolini, el catalán y Barcelona

8 de julio de 2013 1 Comment

Pier Paolo Pasolini fue un gran defensor de las lenguas minoritarias. Su madre era de Casarsa della Delizia, al nordeste de Italia, donde se habla el friulano, una lengua románica propia del norte de Italia que fue muy castigada durante el régimen fascista de Benito Mussolini. Pasolini reivindicó siempre su uso, especialmente el escrito, que era inexistente. Lo hacía por cuestiones personales y como una actitud política en contra del régimen.

En 1942, en pleno régimen fascista, Pasolini publicó Poesie a Casarsa, una recopilación de poemas escritos íntegramente en friulano y que supusieron un auténtico escándalo. Tres años después fundaba la Accademiuta di Lenga Furlana, con revista propia. Aquella publicación reivindicaba las lenguas románicas minoritarias y la necesidad de independencia política que había en algunos territorios para que sobrevivieran. Una de las lenguas y culturas que más interesó a Pasolini fue la catalana que, como el friulano, estaba perseguida políticamente, pero que, aún así, sobrevivía gracias a su tradición literaria. Consideraba que tenía que ser un ejemplo a seguir por el friulano.

Pier Paolo Pasolini, José Agustín Goytisolo y Salvador Clotas recorren el cementerio de Montjuïc, sobre las barracas de Can Tunis.
c. 1968 Autor desconocido. Colección Júlia Goytisolo y UAB.

Para avanzar en su investigación sobre las lenguas minoritarias, Pasolini contactó con el filólogo y crítico literario italiano Gianfranco Contini (1912-1990). Al ver su interés por el catalán, Contini le presentó al poeta y traductor catalán exiliado en Suiza Carles Cardó (1884-1958). Y fue Cardó quién le introdujo en la cultura catalana enviándole una compilación de nueve poemas catalanes traducidos al italiano que Pasolini acabaría publicando en la revista de la Accademiuta. Se titulaba Fiore di poeti catalani (1947) y contenía textos de Joan Rois de Corella, Jacint Verdaguer, Miquel Costa i Llobera, Joan Alcover, Carles Riba, Josep Carner, Manuel Bertran i Oriola, Joan Maragall y uno del propio Cardó.

Su interés por Cataluña le llevó a visitar Barcelona a mediados de los años sesenta en varias ocasiones. En estas visitas su intérprete y quien le acogía en su casa era José Agustín Goytisolo, traductor de los guiones de Accatone y Mamma Roma. Los encuentros a Roma con Pasolini para terminar las traducciones derivaron en una buena amistad, como explica el propio Goytisolo en este artículo de 1984.

El motivo por el que Pasolini visitó Barcelona por primera vez fue para convencer a la familia del joven estudiante barcelonés Enrique Irazoqui de que le dejaran interpretar a Cristo en Il vangelo secondo Matteo. A pesar de no ser actor, lo hizo. Allí conoció a Miquel Porter-Moix, Román Gubern o Ricard Salvat. En su segunda visita, Pasolini impartió una charla sobre su producción literaria y cinematográfica y sobre su ideología marxista. La conferencia debía celebrarse en el Paraninfo de la Facultad de Medicina, pero la policía la prohibió y la trasladaron, a escondidas, al Hospital Clínico. Hacia 1967 volvió a Barcelona y, con Irazoqui, Salvador Clotas y Goytisolo, visitó el cementerio de Montjuïc. Pasó allí toda la tarde, le fascinaron las inscripciones y las tumbas de Durruti, Acaso, Ferrer i Guàrdia y Lluís Companys, sobre las que dejó flores frescas que arrancó de otros nichos.

Uno de los vídeos promocionales de la exposición “Pasolini Roma” incorpora un fragmento de Il vangelo secondo Matteo, película de Pasolini en la que actuó Enrique Irazoqui.

Comentaris
  1. [...] xerrant de cine mencionem de passada la visita de Pasolini a Barcelona. José Agustín Goytisolo va ser-ne l’intèrpret i el va acollir a casa seva. Pasolini va [...]

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