Jared Diamond: ¿Qué podemos aprender de las sociedades tradicionales?

8 de octubre de 2013 3 Comments

Frontera tribal en Nueva Guinea
© Michael Clark Rockefeller

Las conductas tribales han determinado nuestra cultura y nuestro comportamiento desde que somos Homo sapiens. Cuando aparece la agricultura en el Próximo Oriente hace once mil años, las cosas empiezan a cambiar muy lentamente, pero no es hasta los últimos siglos que se consolida el modelo de vida moderna actual, con herramientas y máquinas, escritura, dinero, estados, leyes y los beneficios e inconvenientes que se derivan de ellos. De hecho, este «mundo moderno» industrial no es hegemónico: a pesar de que buena parte del planeta adoptó durante el siglo XX el modelo surgido enla Europa Occidental, todavía ahora hay rincones remotos donde la gente se organiza en tribus y se comporta como lo ha hecho durante milenios, conservando intactas muchas características de la vida de nuestros antepasados y los estilos de vida que dejamos atrás no hace muchos años.

Para escribir El mundo hasta ayer, ¿Qué podemos aprender de las sociedades tradicionales? (Debate, 2013), el biólogo y premio Pulitzer Jared Diamond ha buscado a estas tribus y ha estudiado sus conductas y hábitos, a menudo a base de convivir in situ con ellas durante largas temporadas. Este conocimiento de primera mano le ha permitido trazar los interesantes paralelismos y las divergencias entre las sociedades tribales y el modelo occidental de los que hablará el próximo 19 de octubre en el CCCB. En su libro, Diamond analiza la resolución de conflictos (desde la violencia ocasional hasta las guerras), la forma en que criamos a nuestros hijos, el tratamiento de los ancianos, la alimentación o las enfermedades de ambos modelos sociales. De sus observaciones en estos y muchos más ámbitos extrae una conclusión inicial reveladora: son mucho más diversos los comportamientos de las treinta y nueve tribus analizadas y sus pocos miles de pobladores que las conductas y las opciones que tomamos los miles de millones de personas que vivimos en las sociedades capitalistas.

Como es obvio, la mirada comparativa de Jared Diamond detecta muchos ámbitos en los que el progreso tecnológico y social nos ha beneficiado: nuestra sociedad no asesina ni bebés ni ancianos, como hacen algunas de las sociedades tribales analizadas. Tampoco sufrimos periodos de hambruna ni debemos estar constantemente alerta ante la posibilidad de ser atacados por una tribu rival. El modelo occidental nos garantiza seguridad, confort y una existencia más larga: la esperanza de vida occidental duplica la de las tribus estudiadas.

Un padre Aka y su hijo, de la selva ecuatorial africana
© Bonnie Hewlett

Pero no todo son beneficios, en el modelo industrial. Diamond detecta multitud de aspectos en los que las conductas tradicionales son más apropiadas que el modelo occidental hegemónico, por ejemplo en la manera de tratar a nuestros niños. Diamond defiende que la educación aloparental de algunas tribus, es decir, el hecho de que la responsabilidad sobre las criaturas recaiga en todos los adultos y no solo en los progenitores, es más beneficiosa que el modelo occidental, porque crea a niños más sociables, al haber recibido un abanico mucho mayor de influencias y modelos de conducta. En esta línea, también destaca los beneficios que suponen los juegos cooperativos de la mayoría de tribus en contraposición al egoísmo y la competitividad de los juegos de las sociedades capitalistas, y critica abiertamente el aislamiento y la asociabilidad que ha provocado la irrupción de las videoconsolas en nuestros hogares. Diamond también defiende que, en lugar de utilizar cochecitos para transportar a los bebés, se usen bandoleras atadas al cuerpo como hacen las sociedades tribales, basándose en estudios que demuestran que transportarlos en vertical y mirando adelante beneficia el desarrollo neuromotor de los niños.

A pesar de los beneficios innegables del mundo que hemos construido, en El mundo hasta ayer, ¿Qué podemos aprender de las sociedades tradicionales? Jared Diamond nos emplaza a deternos, a reflexionar, a mirar hacia atrás para aprender de nuestro pasado. A interrogarnos, por ejemplo, acerca de nuestra alimentación, que nos aboca a la diabetes, la hipertensión o la obesidad, enfermedades que en las sociedades tradicionales no han existido nunca. Sí, quizá vivimos en la abundancia, quizá somos ricos materialmente, ¿pero ello nos compensa a nivel social y emocional? Del mismo modo que los ecologistas defienden el «decrecimiento», quién sabe si nuestros hábitos y conductas también necesitan una «involución» urgente.

¿Quién es Jared Diamond?

Jared Diamond. Fuente: www.jareddiamond.org

Jared Diamond es biólogo y profesor de Geografía y Ciencias del medio en UCLA (California). Su pasión por la ecología y la observación de las aves le ha llevado numerosas veces a visitar Nueva Guinea, donde convivió con diversas de las tribus que analiza en El mundo hasta ayer, el libro que inspira la conferencia que dará en el CCCB el próximo sábado 19 de octubre. En 1998, Diamond ganó el premio Pulitzer de no-ficción por el ensayo Armas, gérmenes y acero, que combate el eurocentrismo y la idea de que los europeos se desarrollaron y expandieron por el mundo por causas genéticas o por ser más inteligentes y trabajadores. Diamond demuestra que los pueblos que vivían cerca del Creciente Fértil pudieron desarrollar la agricultura y realizar la revolución neolítica porque contaban con una ventaja decisiva respecto al resto, fruto del azar histórico: hay muy pocas especies de plantas silvestres y de animales salvajes aptos para domesticar, y la casualidad quiso que la mayoría se concentraran en la antigua Mesopotamia. También ha publicado Colapso, un extenso estudio de las causas que han llevado a algunas civilizaciones (como los mayas o las tribus de la isla de Pascua) a desaparecer, con la voluntad de que la sociedad actual aprenda de los errores del pasado.

El ciclo Evolución y cultura

Los recientes descubrimientos en los campos de la genética y de la biología evolutiva confirman que existe una relación íntima entre la biología y la cultura, y que el darwinismo actual plantea que la evolución de la especie humana no solo tiene una base biológica, sino también cultural. ¿Qué es natural y qué adquirido, en nuestras conductas? Para profundizar en estas reflexiones, hemos organizado el ciclo de conferencias Evolución y cultura conjuntamente con el B-Debate Internacional Center for Scientific Debate Barcelona, que traerán al CCCB a cuatro ponentes de referencia mundial.

Además de Jared Diamond, que estará en el CCCB el sábado 19 de octubre, también visitarán Barcelona el catedrático de Genética y de Genética de las poblaciones de la Universidad de Ferrara, Guido Barbujani, que el lunes 28 de octubre explicará «Ocho cosas para recordar acerca de la diversidad humana». El lunes 4 de noviembre será el catedrático de Biología de la UPF, Jaume Bertranpetit, quien hablará de «Pasado, presente y futuro de la selección natural en humanos», y cerrará el ciclo el codirector del equipo Atapuerca, Juan-Luis Arsuaga, que el lunes 11 de noviembre nos descubrirá aspectos desconocidos del Homo sapiens.

Podéis participar en el debate a través de Twitter con el hashtag #EvolucióiCultura

Comentaris
  1. Laura dice:

    Como estudiante universitaria de la rama de Ciencias Sociales e interesada por la temática indígena, me asusta ver cómo se están tomando como grandes verdades de la Ciencia Social, juicios subjetivos que no se acercan a la pretendida objetividad de esta ciencia y sí más al prejuicio: Si ya cae por su propio peso que ninguna sociedad humana no puede vivir exactamente igual que hace cientos o miles de años; además es cierto que se manejan para el estudio estadísticas mentirosas, poniendo la lupa en lo que se quiere ver a priori para establecer correlaciones ignorando datos importantes: No existe evidencia de que las tribus indígenas, particularmente el caso de los yanomamis, sean más belicosas que el resto de las poblaciones humanas. Es una cuestión, la tasa de homicidios, difícil de cuantificar y en la que es fácil manipular datos.

    No se pretende idealizar al indígena, pero tampoco debemos caer en estereotipos que no se corresponden con la realidad y contaminan nuestro conocimiento de la diversidad humana.

  2. Linda dice:

    Las aseveraciones que Jared Diamond hace en su libro son, cuanto menos, dudosas por lo parcelado de los datos que analiza y la falta de contextualización que le caracteriza. Por ejemplo: la obra se dedica a analizar las supuestas “sociedades tradicionales neoguineanas” y la supuesta tendencia de las tribus a estar en permanente “estado de guerra” pero nada dice respecto del genocidio institucionalizado que han sufrido por parte de las fuerzas indonesias que los ocupan desde hace más de cuarenta años. ¿No es esto, además de paradójico, un análisis tendencioso e incompleto de la realidad de los papúes? Nadie le ha pedido idealizar pero tampoco satanizar a los pueblos papúes desde unas afirmaciones claramente etnocéntricas que no merecen, desde mi humilde punto de vista, más calificativo que el de “pseudo-ciencia”. Más que concentrarse en la condena de la supuesta naturaleza confrontacional de estos pueblos entre sí, debería aplicar la misma mirada a esa supuesta “moderna sociedad occidental” que ha parido las guerras más sangrientas y crueles de las que se pueda tener registro en la historia reciente. Para muestra el botón de los propios indonesios a quienes no les ha temblado el pulso para imponer a sangre y fuego su modelo de sociedad a costa de los derechos de autodeterminación y el resto de derechos humanos y específicos que asisten a los pueblos papúes.

  3. Lara dice:

    ¿Por qué esa insistencia en hablar de los pueblos indígenas como sociedades tradicionales? ¿Se refiere el Sr. Diamond a que viven igual que hace 500 años?, es decir, ¿considera que los pueblos indígenas no cambian por sí mismos, que no tienen historia? Eso es completamente falso y denominarles tradicionales tiene una connotación evolucionista muy peligrosa puesto que se contrapone a la idea de sociedades modernas como sociedades que sí cambian y que avanzan y en contraposición, según su argumento, los pueblos indígenas estarían estancados en sus tradicionales ancestrales.

    Por otro lado, el Sr. Diamond asegura que mantienen niveles de violencia más elevados que las sociedades mayoritarias, pero fundamenta esas conclusiones en datos obtenidos por ciertos académicos que han sido fuertemente criticados por otros científicos. El Sr. Diamond da por hecho unos datos que son fuertemente refutados dentro de la Academia, sin mencionar si quiera la controversia científica de sus afirmaciones.

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