Citilab se ha convertido en un centro de referencia para muchas otras organizaciones, que ven el funcionamiento y los proyectos de esta antigua fábrica textil de Cornellà como un modelo a seguir. Sangüesa insistió en que Citilab no es tanto un modelo como un “caso de diseño” o un “formato de laboratorio de ciudadanos” que pretende poner en marcha una serie de procesos y actividades para que las personas experimenten con la cultura tecnológica e innoven por su propia cuenta.
En este vídeo, Sangüesa se muestra algo reticente ante las expectativas que ha despertado Citilab en otras organizaciones y a tod@s aquell@s que todavía separan cultura de tecnología les pregunta: ¿Un centro de tecnología puede ser un centro cultural?. La respuesta de Sangüesa es afirmativa y en eso trabaja Citilab, en crear dinámicas culturales, sociales y económicas con y para los ciudadanos.
En próximos posts publicaremos un resumen y materiales sobre la interesante charla que dio ayer Sangüesa en el CCCB, en la que además de presentar Citilab, expuso los problemas de organización y de comunicación con el público con los que se han encontrado en este año y medio de funcionamiento.
Para abrir el debate, nos quedamos con su reflexiones (en el vídeo y en su blog, dónde ha escrito sobre la charla de ayer).