Aquí va una reflexión, quizá precipitada, sobre la segunda sesión ICI 2010, que contó con un panel de excelentes profesionales locales. El conjunto fue proteico y todas las intervenciones dieron que pensar, abriendo una serie de debates que afectan no sólo al nuevo mundo audiovisual, a la cultura del espectáculo o a las industrias culturales en general.

Apologia y critica de la filosofia 2.0.
Parecería que cada grupo o comunidad realiza una interpretación y un uso muy variado de la filosofia 2.0. Y en eso quizá reside su potencia y su continua expansión. Pero también puede percibirse una perversión elocuente de esta filosofía, como podrían ser sus usos exclusivamente comerciales, publicitarios o marketineanos. Y también nos llegan quejas como las de Jaron Lanier ( You are not a gadget. Penguin, 2010) quien la define como una forma de “maoismo digital” o “totalitarismo cibernético”, advirtiendo sobre la fragilidad intelectual de sus postulados.

¿Cómo lograr que la potencia creativa y democrática de la web 2.0 no quede sólo en manos de los amos del espectáculo y tampoco pueda ser erosionada conceptualmente por geeks arrepentidos? No es una tarea sencilla. El humor y la diversión, el rigor intelectual y el cambio de paradigma, no son excluyentes. Hay mucho talento en el mundo del entretenimiento, y tambien entre los ilustres padres de la realidad virtual, pero el “bottom up” de la ciberesfera en ebullicíón está generando una extraordinaria creatividad colectiva de la que todos nos estamos nutriendo.

¿Deseamos realmente un mundo de redes distribuidas donde cada nodo pueda conectarse potencialmente con cada nodo? ¿O insistimos en edulcorar o atenuar la magnitud del cambio, mientras aplicamos viejos conceptos y modelos a una realidad que va por delante de nuestras teorias e intereses?

Juan